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¿Por qué no sutileza e integración?
Después de casi toda una vida trabajando de una u otra manera en ciudades de tamaño medio y sobre todo en el mundo rural sigo pensando que lo más delicado, incluso te diría más, seguramente lo más difícil de conseguir sea que el ansiado desarrollo no se haga a costa renunciar, ni tan siquiera devaluar, lo más valioso que generalmente tienen cada uno de estos lugares: la armonía y la autenticidad de sus culturas y de sus tradiciones respectivas. ¿O es que acaso tiene sentido dilapidar en apenas unos años aquella memoria colectiva que fue labrada durante décadas y que constituye el mejor reflejo de toda la sabiduría de aquellos que nos antecedieron? Y cuando hablamos de proteger la memoria colectiva también en cierto modo estaremos hablando de proteger su arquitectura vernácula, por constituir generalmente una de las manifestaciones más evocadoras de la cultura popular.
Sin embargo, a poco que abramos los ojos y miremos con sentido crítico, comprobaremos que, en casi todos los municipios, ya sean grandes, medianos o pequeños, esa ansiada “prosperidad” ha ido dejando por doquier diferentes heridas en sus paisajes urbanos y rurales. Huellas indelebles casi siempre absurdas e innecesarias, que por décadas devaluarán la imagen de esos lugares, dejando una fatídica impronta: La impronta de la fealdad. La impronta de una modernidad que no lo es, sino todo lo contrario. La impronta del desarrollismo… La impronta de que, en esa ciudad, en ese pueblo, en ese valle, pudo más la improvisación, la falta de rigor, la incultura, el atajo, la dejadez o el egoísmo que el valor de un patrimonio cultural legado por aquellos que nos precedieron.
Fealdad y ruptura… ¿Por qué no sutileza e integración?
Por eso es tan importante que en cada núcleo, en cada barrio, en cada ciudad o en cada comarca, se identifique previamente cómo propiciar ese ansiado desarrollo de manera coherente con la pervivencia de los valores identitarios locales y en plena consonancia con las características intrínsecas de cada lugar, a fin de impedir, o al menos minimizar, su deterioro y banalización.
Pero hoy me gustaría descender desde los planteamientos generales para proponerte que nos detengamos en una experiencia específica que a mí se me antoja bastante positiva y también clarificadora. Ha sido llevada a cabo en un territorio más que valorado, tanto por sus habitantes como por aquellos que lo visitan. Está ubicado en el corazón del espacio natural protegido de SIERRA NEVADA; me estoy refiriendo a una comarca maravillosa, famosa por sus señas identitarias: LA ALPUJARRA; pero más específicamente, a un valle absolutamente singular y evocador: EL BARRANCO DEL POQUEIRA, cuyos municipios, Capileira, Bubión y Pampaneira, llevan años basando su prosperidad en el respeto y la valorización de sus recursos locales.
La experiencia que hoy he escogido para compartírtela ha sido llevada a cabo en CAPILEIRA, ya que recientemente su ayuntamiento ha aparobado con el aval de todas las administraciones sectoriales implicadas (Medio ambiente, Cultura, Urbanismo, ENP de Sierra Nevada…) el Plan Especial que ordena detalladamente uno de sus proyectos más difíciles, y por eso me gustaría exponerte la delicadeza y la cordura con el que se ha sido resuelto este crecimiento urbano, para mostrarte que “es posible y viable hacer las cosas de otra manera”:
- Clasificación de Suelo: Urbano
- Plan Especial del Sector C-11
- Superficie: 24.000 m2
- Usos principales: residencial y hotelero
- Iniciativa: privada
Pero antes de entrar materia, para ayudarte a contextualizar, tge voy a compartir algunas pinceladas sobre el buen hacer de los municipios de este valle durante las últimas tres décadas, un periodo durante el que casi siempre yo he tenido el honor de ser un actor privilegiado:
- El Barranco del Poqueira lo constituyen los municipios de Capileira, Bubión y Pampaneira, cada uno de los cuales en su integridad está declarado B.I.C. Conjunto Histórico. Abarcan conjuntamente la totalidad de la cuenca hidrográfica del Río Poqueira, que nace en la línea de cumbres de Sierra Nevada (Mulhacén y Veleta) hasta confluir finalmente en el Río Trevélez, salvando un desnivel próximo a los 3000 mts. en apenas 16 km. de longitud.
- Allí se aprobó en 1992 la primera experiencia andaluza de planeamiento supramunicipal, promovida por la Diputación Provincial de Granada, y que fue nominada para los Premios Europeos de Urbanismo.
- Años después, los tres municipios, actuando de manera coordinada, decidieron impulsar un nuevo planeamiento, muchísimo más detallado, con el objeto de profundizar en las necesidades de protección de su arquitectura, de su urbanismo y de su paisaje. Dicha iniciativa culminó años después (2006) cuando fue aprobado un nuevo planeamiento supramunicipal para la Ordenación y Protección del Barranco del Poqueira, recibiendo la Bandera de Andalucía como reconocimiento a la ejemplaridad de dicha iniciativa y por su compromiso con el patrimonio cultural y el desarrollo local de sus municipios.
- Dicho plan, en cierto modo, supuso la culminación de muchos años de iniciativas, estudios, charlas, publicaciones, trabajos y sobre todo de pedagogía, mucha pedagogía, llevados a cabo no solo en el Barranco del Poqueira sino en toda la comarca de La Alpujarra, gracias a los cuales pude colaborar con numerosas personas, colectivos, instituciones y organismos realmente comprometidos, por lo que al recordarlo no puedo dejar de agradecerles su altura de miras (GDR Alpujarra, Consorcio Urbanístico del Barranco del Poqueira, Colectivo Abuxarra, ayuntamientos, ENP de Sierra Nevada, Diputaciones de Almería y Granada…), ya que sus aportes fueron esenciales para nuemrosas acciones, como por ejemplo, un decálogo con el que abordar la protección y promoción de la arquitectura y el paisaje o para que no mucho después pudiéramos definir los Criterios para la Protección del BIC Alpujarra Media y La Tahá gracias a la iniciativa de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía.
Todo ese conocimiento acumulado propició que el nuevo planeamiento del Barranco del Poqueira abordase con el máximo rigor la manera de garantizar una óptima integración entre los nuevos desarrollos urbanos de cada uno sus núcleos tradicionales...
- ¡Si, si… te dirás! Pero, ¿Cómo lo hizo?
Pues mira, voy a sintetizarte dichas estrategias (unas medidas que, aunque con matices, podrían ser extensivas a otros muchos ámbitos rurales). Así, por ejemplo:
- Dimensionando los desarrollos urbanos siguiendo pautas de sostenibilidad, evitando crecimientos desaforados y actuaciones urbanísticas fuera de la escala local que derivarían en una transformación irreversible de la imagen actual de los núcleos y de su medio ambiente urbano, localizándolos siempre como extensión natural de los núcleos tradicionales.
- Garantizando la armonía entre las tramas de los nuevos desarrollos urbanos con las del núcleo tradicional, utilizando en su diseño idénticas pautas, como por ejemplo:
- disposición y orientación general de la red viaria;
- formas y tamaños de las manzanas;
- escala humana de los espacios públicos de nueva creación y posición privilegiada de los mismos en cuanto a soleamiento y relación con el paisaje;
- mantenimiento de los niveles tradicionales de ocupación y tamaño de las parcelas por la edificación;
- y Compatibilizando lo esencial de la arquitectura vernácula con la necesidad de integrar nuevas tecnologías y materiales, a fin de propiciar la mejora de la calidad de vida de los habitantes.
Por tanto, así fue concebido aquel planeamiento, para lo que hubo que aportar una importantísima carga pedagógica, orientada a ayudar a entender a los lugareños que su cultura arquitectónica y urbanística era muy valiosa y singular, y que por tanto debía protegerse.
Pues bien, el plan de 2006 había heredado del primer plan de 1992 la obligación de clasificar como suelo urbano un delicadísimo sector ubicado en las cotas más elevadas del núcleo de Capileira. Unos suelos con gran incidencia paisajística y con una topografía realmente compleja. La solución adoptada fue programar que previamente se realizara un proyecto específico (Plan Especial) que garantizase una ordenación armónica, adaptada al paisaje e integrada con el resto del pueblo, además de establecer una reducción drástica de la cota edificable a fin de minorar su impacto visual.
Pero mira cómo son las cosas, resulta que años después me propusieron que asumiera también la redacción de dicho Plan Especial. Toda una oportunidad, me dije, para convertir este delicado proyecto en una buena práctica urbana que pudiera servir de referencia para otros casos.
Ahora ya ha concluido ese dificil proceso porque, como te decía al principio, dicho plan especial acaba de ser aprobado. Por eso quisiera compartirte algunos planos e imágenes sobre la solución finalmente adoptada, pero te invito a mirarlo con detenimiento observando los numerosos matices sobre los que se apoya este proyecto urbano.
De todas formas, voy a ayudarte sintetizándote algunas de las principales claves de su diseño:
- Adoptar las principales invariantes de la arquitectura tradicional y de los modelos tipológicos y de la morfología local, compatibilizándolos con la modernización de los sistemas constructivos y la integración de nuevas tecnologías y materiales.
- Priorizar la presencia de vistas panorámicas desde los espacios públicos proyectados, adaptando las futuras edificaciones a la topografía natural mediante cuerpos escalonados cuyas características volumétricas estén de acuerdo a las diferentes tipologías de calles que se han diseñado:
. Paseos miradores: se trata de las calles mejor cualificadas por la existencia de vistas panorámicas excepcionales, en las que el edificio no podrá sobrepasar la cota de rasante del viario o espacio público colindante.
. Calles con visibilidad máxima: se trata de otras calles cualificadas por la existencia de vistas panorámicas notables, en las que el edificio no podrá superar en más de 1,00 mts. la cota de rasante del viario o espacio público colindante.
. Calles con derecho a vistas: Se trata de las calles en las que los edificios presentan dos plantas de altura en su fachada hacia el valle, mientras que su fachada hacia la montaña únicamente se eleva una planta, permitiendo que las casas de la manzana superior se asomen al paisaje.
. Calles en pendiente: Se trata de los tramos de las manzanas que presentan su fachada a calles en pendiente en las que se prevé que los edificios adapten sus volúmenes a la pendiente de los viales y espacios públicos.
- Garantizar una adecuada transición urbano-rural, dando la máxima relevancia a la continuidad de los dos caminos históricos existentes: el Camino de la Sierra y el sendero que se asoma al valle del Poqueira; y proponiendo un sistema de espacios libres públicos de transición urbano-rural, que van asociados a una red de itinerarios peatonales y de miradores singulares.
. o Ubicar un uso hotelero singular en la manzana que corona el desarrollo urbano, como actuación vinculada a la estrategia de reducir al máximo la cota altitudinal de los edificios.
Ahora que la fase urbanística ya concluyó, no me queda otra que felicitar a todos los actores implicados en este delicado trabajo (Ayuntamiento, arquitecto municipal, propietarios, y organismos sectoriales… y también a mis compañeros de www.gr-arquitectos.com claro). Aparte de que, en lo que a mí respecta, debo darle una vez más las gracias a esta hermosa tierra y a sus voluntariosas y sensatas gentes por tantísima confianza como han puesto en mi labor como arquitecto y urbanista.
¡Gracias de todo corazón!