Hace unos días me llamó alguien a quien no conocía, seguramente cansado de tocar puertas sin respuesta, pensando que yo o mis conocimientos podrían ayudarle... Se trataba de uno de los concejales del pequeñísimo municipio almeriense de FELIX (600 habitantes) y lo hacía a cuentas del grave estado de conservación de un acueducto romano que cruza el barranco de Carcauz, el elemento geográfico que separa a este municipio del de VÍCAR (28.000 habitantes), ambos enclavados en las estribaciones de la Sierra de Gádor, a caballo entre las comarcas de La Alpujarra y el Poniente Almeriense.
Dos eran sus peticiones:
- Que le ayudase a declarar dicho monumento como BIC (ante los intentos infructuosos hasta el momento llevados a cabo por su ayuntamiento)
- Y que le orientase sobre cómo conseguir ayudas públicas para evitar que siguiera degradándose.
Le escuché atentamente y mientras lo hacía busqué en la web algunas imágenes que me dejaron impresionado por las características de esta impresionante obra de la ingeniería romana, desconocida para mí hasta ese momento.
José me explicó que el llamado Acueducto de los 20 Ojos (o de Carcauz), junto con otros dos de mucha menor envergadura, forma parte de un sistema de acequias (ahora entubadas) que forman parte del límite municipal entre estos dos municipios Felix y Vícar, en la provincia de Almería (Andalucía, España). Se estima que fue construido entre los siglos II y I antes de Cristo y pudo sobrevivir dado que estuvo en funcionamiento hasta el pasado s. XX.
También me contó que han llamado a numerosas administraciones en búsqueda de ayudas para su conservación, además del municipio vecino con quien comparten la titularidad, sin recibir respuesta alguna. Por eso había pensado que yo podría servirle de ayuda…
Con mi mentalidad práctica, enseguida le sugerí que no perdieran las fuerzas llamando a la puerta de la Junta de Andalucía para su declaración como BIC ya que la Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía contempla que cualquier bien público ya incluido en un inventario forma parte, aunque de manera genérica, del Catálogo General del Patrimonio Histórico andaluz, por lo que bastaría con que el planeamiento urbanístico municipal lo tuviera catalogado… pero me reconoció que Felix nunca llegó a aprobar su PGOU.
También le recomendé que solicitase el apoyo del municipio vecino para la redacción conjunta de un informe técnico especializado que justificase la importancia histórica del bien y evaluara su estado actual de conservación, detectando aquellas obras de emergencia que hubiese que acometer, describiendo y cuantificando, al menos de manera somera, el alcance de dicha intervención. Porque a partir de ahí ya sabrían cómo actuar y podrían dar pasos concretos…
Le pedí algunas fotografías y le prometí que me haría eco en La Ciudad Comprometida, recomendándole que solo buscasen la ayuda de otras administraciones una vez que su ayuntamiento junto con el del municipio vecino hubiesen dado un buen primer paso… Y me vino a la memoria algo que la vida me enseñó y que yo os repito de cuando en vez:
“Que, si bien la solución no depende solo de nosotros, también está en nosotros”
Y José, al enviarme las fotografías que os comparto, me escribió, lleno de generosidad:
“Muchas Gracias por tu predisposición y empatía. Salu2”
Buena suerte José, aquí me tenéis.