Tenía pendiente contaros una conversación que mantuve hace un tiempo con uno de los redactores de la revista Andalucía Inmobiliaria (que está especializada en todo lo relativo al sector inmobiliario y de la construcción) ya que con motivo de su 20º aniversario querían hacer un número especial en el que mostrar los cambios acaecidos en las grandes ciudades andaluzas durante este periodo. Un periodo en el que “no cabe duda de que se han cometido errores, pero a grandes rasgos la mejoría es evidente…”
Así que creo que lo mejor es que os trascriba la conversación que tuve con ellos, así como que os comparta un enlace con el que podáis acceder a dicho nº especial… que, como podréis comprobar, quedó muy pero que muy interesante… Ahí van:
¿Cuáles son, en tu opinión, los desarrollos más relevantes que se han realizado en Granada desde principios del siglo actual en el ámbito urbanístico e inmobiliario, incluyendo la creación o rehabilitación de barrios, nuevas avenidas, peatonalizaciones, zonas verdes, comerciales, ocio, parques empresariales...?
En la aglomeración urbana de Granada, hasta hace apenas 20 años, sus 32 municipios competían entre sí por captar promociones inmobiliarias dando lugar a un urbanismo expansivo que aumentaba el caos urbano y que dificultaba que los ciudadanos recibiesen unos servicios adecuados y con graves consecuencias ambientales y económicas para la ciudad en su conjunto. Por eso creo que debe resaltarse la importancia de su plan de ordenación del territorio (POTAUG), con el que Granada fue pionera en Andalucía, y el cambio de rumbo que supuso para esta metrópoli de 500.000 habitantes. Por eso considero que las líneas maestras de aquel plan son las que están permitiendo que, aunque lentamente, Granada pueda convertirse en una ciudad bien estructurada y moderna, y atractiva para los ciudadanos y para los inversores.
Pero de la misma manera, creo que puede ser del máximo interés para Granada, ahora que se abre un nuevo ciclo político, reflexionar sobre las luces y las sombras que para la gestión del espacio metropolitano haya supuesto tan importante documento, en beneficio de mejores y mayores logros para el futuro.
Y respecto de actuaciones concretas, yo destacaría todas aquellas que están contribuyendo en la construcción de una conciencia metropolitana. En cuanto a infraestructuras debe destacarse la construcción de la primera línea del Metro Ligero que ha tenido una tremenda aceptación entre los ciudadanos, que ya están demandando su ampliación a nuevas rutas. Y es que no es concebible la mejora sustancial de una ciudad sin una adecuada coordinación de las políticas de movilidad sostenible con el resto de las políticas urbanísticas y ambientales. Y en cuanto a desarrollos urbanos, la gran novedad ha sido el complejo tecnológico, hospitalario y empresarial del Campus de La Salud, que en apenas unos años se ha convertido en uno de los principales motores económicos de Granada.
-En sentido contrario, ¿qué proyectos piensas que deberían haberse hecho o que, estando contemplados, no se han podido ejecutar por diferentes motivos, como la crisis inmobiliaria, de la construcción, o cambios de Gobierno, bien sea local, autonómico o nacional?
En Granada existe una gran frustración por las continuas demoras en la conexión ferroviaria en alta velocidad, que debe llegar soterrada dando lugar a la construcción de una estación digna y moderna. Y creo que la nueva corporación municipal deberá trabajar sin demora en la redefinición del modelo de ciudad, diseñando sin complejos unas adecuadas relaciones con La Vega de Granada, verdadera puerta de la ciudad, y una óptima transición desde la ciudad hacia La Alhambra.
-Por último, ¿cuál es el modelo de ciudad que defiendes de cara al futuro?
Tengo muy claro que mi misión es ayudar a crear sitios en los que a la gente le guste estar. Ya que es posible construir mejores viviendas en las que vivir. Bien diseñadas y con calidades atractivas. Que cumplan con todos los anhelos de sostenibilidad y eficiencia… y cuyos precios sean, sin embargo, equilibrados y justos. Y porque es posible que nuestros barrios sean, en realidad, espacios de convivencia. Diseñados a escala humana, con buenos servicios y con equipamientos próximos a donde vivimos. Que se puedan caminar y que no estén contaminados por el humo o por el ruido… Ni tampoco por la fealdad. Y porque también es posible que la ciudad que habitamos sea integradora, eficiente, sostenible y emprendedora… Que mime su cultura y sobre todo que mime a sus ciudadanos…
En definitiva, que sea “una ciudad comprometida”, como a mí me gusta denominarla.
En fin, que os dejo a continuación la versión digital de dicha revista recomendándoos sobre todo el reportaje titulado: 1999-2019 LA POSTAL DE LAS CAPITALES SE TRANSFORMA que se inicia en la pag. 38. ¡Feliz fin de semana!
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