Hoy me gustaría contarte que hace unos días tuve la oportunidad de asistir en la ciudad de Cartagena (España) a un interesantísimo evento organizado por el Comité Español de Iluminación (C.E.I.) con un doble motivo, a cual más satisfactorio:
- de una parte, para “presentar en sociedad” la publicación EL URBANISMO DE LA LUZ, que forma parte de la colección Cuadernos de la Ciudad Comprometida que, como quizás recuerdes, gestiono personalamente;
- y de otra, para presentar una síntesis del PLAN DIRECTOR DEL PAISAJE NOCTURNO de A Coruña (ciudad histórica).
Mira: Había llegado a esa ciudad milenaria esa misma mañana y a media tarde, tras asistir a las primeras ponencias, tenía previsto encerrarme en el hotel para dar el último repaso a la ponencia que al día siguiente iba a impartir. El caso es que decidí darme un respiro y cambié de planes para salir a trotar/caminar por los alrededores de la ciudad buscando alguno de sus mejores oteros e impregnarme de su paisaje y de su geografía. Es decir, que más que releer lo que ya traía escrito desde Granada, decidí dejarme llevar y dejar a mi mente volar..
Fui ascendiendo por un camino serpenteante, entre pinos, espinos y romeros y ya sea por intuición o por la fortuna, el caso es que tras una buena hora de caminata coroné uno de los promontorios más sobresalientes de la ensenada de Cartagena, otrora ocupado por un impresionante baluarte (Fajardo le llaman), hoy convertido en una bellísima ruina como tantísimas otras que se distribuyen por doquier en todo el frente marítimo de esta ciudad portuaria y militar.
Aunque te pueda parecer curioso, además de una gozosa experiencia, conseguí dejar mi mente volar y, ya fuera por la mayor perspectiva del lugar o por el influjo de la brisa marina, el caso es que vi con nitidez que debería cambiar el guion de mi ponencia para contarles a los congresistas no tanto nuestro reciente trabajo en A Coruña, por muy pionero que pudiese ser, sino más bien el por qué estaba yo allí, un urbanista rodeado de las más importantes empresas fabricantes de luminarias, de prestigiosos ingenieros y de sofisticados diseñadores de iluminación… Y lo tuve claro. Muy claro. Así que eso fue lo que hice.
Les conté que, en realidad, todo empezó hará unos tres años cuando recibí un mensaje de un desconocido: Alberto Giachi. Se trataba de un Lighting Designer florentino pero afincado en Granada que me invitó (más bien me retó jajaja) a reflexionar sobre la la iluminación nocturna en las ciudades desde la escala urbana y desde una perspectiva holística, dos cuestiones en absoluto consideradas hasta el momento, al menos en España. Y así tuvo inicio esta verdadera aventura comprometida.
Han sido desde entonces muchísimas horas, semanas y meses de reflexión que han permitido que fuese tomando cuerpo la necesidad de impulsar una nueva práctica, y nos pareció que debíamos denominarla “el urbanismo de la luz”, precísamente el nombre elegido para esta bella publicación ahora concluida de la que ambos nos sentimos especialemente orgullosos:
- El Urbanismo de la Luz refleja la necesidad de planificar el uso de la luz artificial como un elemento esencial en el orden visual de la ciudad y para reivindicar la necesidad de propiciar paisajes nocturnos sensatos y de calidad que consideren todas las variables que deben tenerse en cuenta para garantizar una visión holística: sociales, económicas, turísticas, ambientales, funcionales, identitarias, Smart Cities…
- El Urbanismo de la Luz considerado como un trabajo de mirada larga y amplia, para cambiar la praxis actual en la que el paisaje nocturno es la suma de numerosos proyectos inconexos y de miradas parciales. Que busca integrar el paisaje nocturno en las políticas de desarrollo urbano.
- De ahí que el Urbanismo de la Luz, a efectos prácticos, va a requerir un instrumento regulador del paisaje nocturno de la ciudad, cuyas características y alcance pueden ser diversas (Plan Especial, Plan Director, Ordenanzas Reguladoras…) pero que, en definitiva, se trata de una manera de proceder bastante cercana a la práctica habitual del urbanismo y de la planificación.
Aunque se trata de una propuesta novedosa, también hay que reconocer la existencia de algunas experiencias muy positivas al respecto llevadas a cabo en diversas ciudades europeas o anglosajonas (Londres, París, Ámsterdam, Gante, Amberes, Lyon o Budapest, por ejemplo) demostrando la pertinencia de superar planteamientos exclusivamente ingenieriles y adoptar otros mucho más integradores, cercanos a las prácticas del urbanismo.
En España, sin embargo, no hay apenas inicativas en esta línea y entre las múltiples razones para explicarlo, seguramente la principal sea debido a la inexistencia de una buena metodología para su elaboración, como lo demuestra el hecho de que la mayoría de los intentos para regular el paisaje nocturno se han concretado más bien en una suerte de proyectos ejecutivos realizados por el mismo equipo redactor o a un plan de optimización energética de las instalaciones de alumbrado público. Pero siempre obviando dos cuestiones esenciales:
- 1, su carácter interdisciplinar, es decir, la intervención de profesionales ligados al urbanismo, al diseño de iluminación, a la ingeniería, al medioambiente o al derecho;
- y 2, que no han sabido transformarse en documentos normativos integrados en el sistema normativo municipal, y por tanto vinculantes para el conjunto de iniciativas públicas y privadas que van a incidir en la conformación del paisaje nocturno de la ciudad.
Y lo que son las cosas, a medida que íbamos avanzando en nuestra investigación sobre el Urbanismo de la Luz compartiendo en diversas redes sociales y profesionales estos innovadores postulados, que por los hados del destino dieron lugar que, hará ahora un año, el ayuntamiento de A Coruña decisiese encomendarnos el primer trabajo de estas características. Así surgió la formulación del PLAN DIRECTOR DEL PAISAJE NOCTURNO de A Coruña (correspondiente a su ciudad histórica) cuya elaboración ha concluido recientemente, por lo que decidimos incorporar en el libro un capítulo especifico con la metodología de dicho trabajo.
Con su formulación se ha buscado:
- Regular las cuestiones relacionadas con el Paisaje Nocturno de modo que el Ayuntamiento disponga de un documento regulador para las actuaciones públicas y privadas con incidencia sobre el paisaje nocturno.
- Mejorar la coordinación municipal con la Consellería de Cultura, Educación y Universidad de la Xunta de Galicia,
Se trata por tanto de una herramienta que está debidamente coordinada con los instrumentos de planificación de rango superior, y que es coherente con el conjunto de iniciativas, actuaciones, proyectos y planes municipales que confluyen en dicho ámbito, y con las diferentes políticas regionales, nacionales y europeas relativas a la agenda urbana, a la sostenibilidad y al patrimonio cultural.
En definitiva, que el PLAN DIRECTOR DEL PAISAJE NOCTURNO de A Coruña constituye, a mi criterio, una iniciativa de excelencia urbana y patrimonial para el ámbito de su Conjunto Histórico, de la que deberían aprender tantas y tantas ciudades.
Han sido en suma un par de días intensos y memorables en la bella ciudad de Cartagena, mediterránea como ella sola y evocadora como pocas, que me han servido, entre otras cosas muy agradables, para cerrar aquel círculo que se abrió hace ahora unos tres años, con aquella invitación a soñar pensando (¿o sería mejor decir a pensar soñando?) que me hizo Alberto Giachi. Una experiencia que viene a demostrar, una vez más, que la clave consiste en no dejar de soñar.
Vaya desde aquí mi agradecimiento y mi reconocimiento a todos los que han aportado luz durante todo este proceso, sin cuyas aportaciones el Urbanismo de la Luz no habría podido gestarse, pero especialmente a:
- Alberto Giachi, Ingeniero y Lightner Designer. Coautor de la publicación
- Coque Alcázar Sánchez Vizcaino, ingeniero municipal de A Coruña y promotor de la Inicativa Slow Light conjuntamente con Raquel Valiño
- Susana Malón Giménez, Física y CEO de Lumínica Ambiental
- Javier Martínez Calahorro, Ingeniero y director del Grupo Marwen Calsan
- Elena Medina Guerra, Arquitecta en GR Arquitectos
- Natalia Palomares Aliaga, Geógrafa y directora departamento ambiental de GR Arquitectos
- Alejandro Rodrigo Ruíz, Arquitecto en GR Arquitectos
(¡¡¡Ah!!! el libro no está aún disponible porque estamos gestionando una o varias ediciones a través de alguna empresa/institución/colectivo profesional, etc, para disribuirlo de manera gratuita a los lectores) ;