En Málaga alguien pensó que la modernidad es construir una esbeltísima torre en el puerto, es decir, en pleno centro de la ciudad… y eso se merece algunos comentarios, ¿No creéis? Pues vamos a ello.
Por su posición en el centro de la bahía y por las características de la ciudad no cabe la menor duda de que se alteraría de manera rotunda el paisaje ya que cualquier visual malacitana ya estaría para siempre protagonizada por el perfil de este nuevo hito… ¿Y esto es bueno? ¿Está justificado?
Primero quizás debiera reflexionar sobre la singularidad y la relevancia que deben tener los “hitos” urbanos ya que pasarán a ser como una especie de huellas permanentes en el paisaje del lugar. En realidad, a lo largo de la historia de cada ciudad, cada etapa histórica ha ido dejando su impronta con algunos edificios singulares, con la urbanización de nuevos barrios o incluso con alguna obra de ingeniería extraordinaria. Además, algunas veces, desde luego muy pocas, esa impronta es de tal magnitud volumétrica, espacial, o visual que ya para siempre pasa a caracterizar el paisaje de la ciudad… y si además el edificio en cuestión es sobresaliente en su arquitectura pues se convierte no ya en un hito urbano sino en un verdadero símbolo de la ciudad por el que va a ser identificada por mucho tiempo. En este sentido podríamos hablar de La Alhambra, de La Giralda, del Empire State, del Coliseo, o de la propia Catedral de Málaga… Adem´s no olvidemos que el paisaje es lo más democrático que tenemos ya que nos pertenece a tdos, y por tanto su alteración también debiera ser algo de ámplio consenso social.
En segundo lugar, debiéramos reflexionar sobre a quienes debiera corresponder erigir “hitos” en la ciudad. Históricamente han respondido a símbolos religiosos (catedrales) o del poder civil (castillos o alcazabas) o del poder económico (cualquiera de las torres de Manhattan) o incluso como símbolos de modernidad (la torre Eiffel, que además nació como obra provisional)… Y en una sociedad democrática como la actual, los mejores símbolos de los últimos años las ciudades españolas los han erigido al construir teatros, centros para eventos, o algunos de los principales equipamientos… y aunque su arquitectura algunas veces ha sido espectacular (Guggenheim) en la mayor de las veces su singularidad ha sido contenida o epidérmica…
Además, la mayor de las veces, su simbolismo ha llegado no a través de un volumen excesivo sino desde el reconocimiento social a la obra bien hecha o gracias al poder dinamizador que haya tenido para la ciudad. Y de eso Málaga, felizmente, atesora varias actuaciones modélicas que la han posicionado en apenas una generación en el epicentro del Sur de España (Museos Picasso o Thysen, o su remodelación del puerto) y reconocida internacionalmente como ciudad cosmopolita y como foco cultural.
Y en este contexto:
- Prefiero que los símbolos que legue esta apasionante etapa de la historia democrática de España y de Andalucía tengan mucho que ver con referencias a la mesura, al respeto al pasado, a la armonía, a la convivencia en lugar de otros símbolos oportunistas y especulativos que tienen que ver mucho más con el poder económico, con la compra de decisiones, o con la capacidad de encontrar atajos en la toma de decisiones públicas…
- Considero que Málaga no necesita en absoluto de esa torre de 135 metros, más propia de culturas ultraliberales, para ser la verdadera capital dinamizadora de Andalucía y que la propia sociedad malacitana ya ha demostrado suficientemente que es capaz de hacer las cosas muy bien con inteligencia y con delicadeza…
- Como considero también que Málaga no necesita en absoluto mirarse ni en Benidorm ni en las nuevas ciudades de Qatar para seguir consolidándose como un verdadero referente entre las mejores ciudades del Mediterráneo.
Y por tanto, creo sinceramente que Málaga debe decir no a esa torre.
http://www.eldiario.es/andalucia/torre-metros-cambiaria-bahia-Malaga_0_709379442.html
Juan Carlos García de los Reyes.