Tras la vorágine de compras y de regalos navideños, hoy se inicia una campaña de REBAJAS que metafóricamente se asemejará a una nueva oleada de ciudadanos ávidos de comprar, por lo que presumiblemente los comercios de cada ciudad volverán a llenarse. Y esto me lleva a reflexionar sobre la importancia de fomentar el comercio tradicional y de barrio (también denominado “de cercanía”).
Y qué mejor que hacerlo recordándoos algunas de las campañas que periódicamente se realizan en muchas ciudades para fomentarlo, y en las que se anima a las y los vecinos a realizar sus compras en el comercio tradicional y de cercanía… La verdad es que la simple lectura del material gráfico que os adjunto (carteles, pegatinas u octavillas) ya supone en sí mismo un verdadero decálogo al respecto.
Al mismo tiempo, también he querido rescatar de la red algunas declaraciones de responsables políticos municipales en las que argumentan la importancia de fomentar las compras en los barrios en los que habitamos:
- “El apoyo a los comerciantes de barrio no sólo potencia un sector económico muy importante en nuestro país, sino que se traduce de inmediato en beneficios para toda la sociedad, que además pueden verse reflejados en nuestra vida diaria y en nuestro propio bienestar”
- “Queremos que la riqueza se invierta, se quede y se redistribuya en nuestra ciudad”, ha señalado. Por eso, “hacemos un llamamiento a la población para que compre en el pequeño comercio”
- “Creamos empleo estable y de calidad y damos vida a las calles de nuestros distritos”.
- “Otras ventajas de comprar en los comercios de barrio o en las plazas de abastos tienen que ver con la calidad de los productos que se adquieren, además de que así se evitan también desplazamientos innecesarios y colas interminables en grandes superficies que ya de por sí se encuentran masificadas, y mucho más en estas fechas”.
Hay incluso algunas voces (que yo considero exageradas) que pregonan que las grandes superficies “sólo traen consigo especulación, temporalidad y precariedad laboral” y que por esos hay que “apostar decididamente y sin ambigüedades por el pequeño y mediano comercio, como elemento dinamizador y generador de empleo”…
En cualquier caso esta cuestión no puede dejarse al albur de lo que la economía de mercado o los motores económicos decidan en cada ciudad, sino que debe ser la sociedad local, a través de los instrumentos de planificación, la que busque un equilibrio entre el pequeño comercio de cercanía, el comercio tradicional en el centro de los barrios y de las ciudades, y las medianas o incluso grandes superficies… Por eso el desarrollo de ciudades comprometidas requerirá que se diseñen con antelación y de manera coordinada las políticas municipales (o metropolitanas) en materia tan diversas como usos y actividades, movilidad, trasporte, redes viarias o densidad de población.
¡Que tengáis una bonita semana!