Generalmente existen en las ciudades (y sus barrios históricos no son una excepción) antiguos complejos fabriles o agroganaderos; instalaciones institucionales o militares en desuso; recintos que con el tiempo quedaron arruinados u obsoletos; o bolsas de suelo agrícola que en el devenir de la ciudad quedaron atrapadas dentro de la trama urbana... Y en todos estos casos u otros similares debe determinarse a través de los instrumentos de planificación (sea a través de los PGOU -en el caso de los municipios españoles- o a través de Planes Especiales específicos para un barrio concreto) si se dan las condiciones para proponer alagunas operaciones de remodelación y, en su caso, determinar cuáles deberán ser los objetivos y el alcance de los proyectos urbanos que haya de formularse.
Y quiero insistir en que tales proyectos urbanos hayan de ser identificados, contextualizados y dirigidos desde un plan previo, esto es desde una mirada más amplia concebida desde el interés colectivo, porque en ese caso existen las mayores garantías de que supongan una “oportunidad” singular para revitalizar, regenerar o mejorar sus entornos urbanos. Resolviendo problemas de accesibilidad o de permeabilidad en los barrios, o de mejora de la trama urbana, o de integración de esa pieza con su entorno, o para prever nuevas dotaciones y servicios públicos, o para desarrollar estrategias de revitalización urbana, o para la mejora de las dotaciones públicas, o para el ajuste de alineaciones, o para establecer estrategias de rehabilitación del parque residencial, o para el desarrollo de iniciativas públicas de vivienda, o para erradicar impactos ambientales o paisajísticos, etc. O lo que viene a ser lo mismo: para la mejora urbana general, de modo que el resultado final de cada una de dichas operaciones urbanísticas se pueda concretar en una mejora apreciable de las condiciones de partida, en beneficio, sobre todo, de la calidad de vida de los ciudadanos...
Y es que tal y como reza uno de nuestros principios para el Desarrollo de Ciudades Comprometidas:
“los Planes están al servicio de la sociedad y no al contrario y la bondad de un Plan está en su capacidad para mejorar la calidad de vida de las personas en todos los sentidos”.
Y por eso es usual que a las operaciones de reforma urbana, en cualquiera de sus modalidades, se las denomine AREAS DE OPORTUNIDAD… pero para la ciudad, claro, y no solamente para la mayor rentabilidad de los proyectos inmobiliario. Y es por ello que debe ser el plan municipal (o de barrio) el que deberá garantizar que las áreas de oportunidad estén orientadas fundamentalmente para atender los intereses colectivos generales y específicamente de los ciudadanos de su entorno inmediato.
Y ya centrándonos específicamente en el caso particular de los barrios históricos, sobre todo en aquellos que cuentan con protección específica, debemos tener en cuenta que en general las legislaciones sobre el patrimonio histórico establecen que las operaciones de reforma interior o de mejora urbana deben ser consideradas como algo excepcional, por cuanto suponen una transformación de la realidad heredada. Y tal excepcionalidad considero que solo estaría justificada cuando no existan significativos valores patrimoniales de cualquier índole que sean considerados incompatibles con la reforma urbana en cuestión, y que al mismo tiempo:
- Suponga una evidente mejora de las relaciones urbanas de su entorno, debiéndose garantizar una solución sensible con el patrimonio cultural y la asunción como criterio de ordenación del mantenimiento de la estructura urbana y arquitectónica así como de las características generales del ambiente y del paisaje urbano; o
- Suponga una mejora de las condiciones de vida de las áreas residenciales, a través de actuaciones sobre sus condiciones de habitabilidad y de mejora de las dotaciones de equipamiento, de servicios, de accesibilidad y de infraestructuras básicas, instrumentando las medidas necesarias para potenciar la rehabilitación del patrimonio residencial, fomentando la permanencia de la población residente y captación de nuevos habitantes.
Y al respecto, basándome en la experiencia que he acumulado al intervenir en numerosas ciudades históricas os quiero hablar de 4 tipos de áreas de oportunidad, para cuya explicación voy a apoyarme en algunas de las propuestas específicas que se contemplan en el Plan de Ordenación, Protección y Catalogación del Casco Antiguo de Guadix (Andalucía, España):
1, ÁREAS DE MEJORA URBANA Y DOTACIONAL (AMU): Se darán en espacios ya consolidados de la ciudad cuyo objetivo principal sería alguno de los siguientes: la mejorar sustancialmente la puesta en valor de los elementos del patrimonio cultural existentes, la reurbanización de una zona, o el tratamiento o eliminación de elementos discordantes, o la obtención de dotaciones (espacios libres y/o equipamientos) para la ciudad, por ejemplo. Y para ello os adjunto el caso de la AMU-01: TEATRO ROMANO/HUERTA LAO/HOYO DEL PASEO de Guadix, en la que se proyecta la creación de un Parque Arqueológico aprovechando la existencia de numerosos elementos patrimoniales de primerísimo orden y un potencial arqueológico evidente.
2, ÁREAS DE REHABILITACIÓN INTEGRADA (ARI): Cuyo objetivo principal es la regeneración urbana de los ámbitos vulnerables, obsoletos o degradados que puedan existir a modo de bolsas de marginalidad en los barrios históricos. En el caso de Guadix, los suelos así calificados conforman la orla de casas cueva que se sitúan en el borde del Casco Antiguo, y con la delimitación de las ARI se busca tanto a la rehabilitación de las viviendas (cuevas y casas/cueva generalmente), como a la rehabilitación o mejora del espacio público, con el objetivo común de regeneración ambiental del paisaje urbano de estos ámbitos tan singulares. Tendrán carácter integrado porque deben articular medidas sociales, ambientales y económicas, enmarcadas en una estrategia municipal global y unitaria.
Podéis encontrar mayor desarrollo de estas iniciativas en un artículo específico de La Ciudad Comprometida sobre las políticas de vivienda en los centros históricos, cuyo enlace os adjunto:
3, PLANES ESPECIALES DE REFORMA INTERIOR (PERI): cuyo objetivo principal es la ordenación de ámbitos de suelo urbano no consolidado para su incorporación a la trama urbana de la ciudad y la obtención simultánea de dotaciones públicas (espacios libres y/o equipamientos) que ayuden a paliar los déficits existentes. Y para ello, el plan establecerá el aprovechamiento urbanístico que deba materializarse en función de los condicionantes particulares de cada ámbito. Como ejemplo os adjunto uno de los PERI previstos en Guadix:
y 4, SUELO URBANO NO CONSOLIDADO ORDENADO (SUNC/O): que en realidad constituye una variante nada frecuente de los PERI, cuando por diversas circunstancias (el avanzado estado de las propuestas, la existencia de consenso administrativo, o bien por tratarse de ámbitos de especial relevancia e interés para el desarrollo de las políticas municipales) pueda ser recomendable que el propio plan del barrio o de la ciudad opte por descender de escala para también ordenarlos pormenorizadamente. De este modo, al tiempo que se produce el diseño general también se concreta el diseño zonal por lo que se agiliza su gestión al no ser necesaria la tramitación de ninguna figura de planeamiento de desarrollo posterior (PERI). Supone un ejercicio de diseño en la doble escala bastante recomendable para visualizar la viabilidad de las propuestas y que por sus características debe ser considerado en todo caso como algo excepcional.
Y os lo quiero ilustrar a través del SUNC/O-01 MERCADO MUNICIPAL, de Guadix, una actuación pública con la que se quiere propiciar la recuperación, mejora y puesta en valor del Mercado Municipal y de todo su entorno inmediato. Los puntos esenciales de la propuesta son los siguientes:
- Puesta en valor del Mercado a través de su rehabilitación integral, eliminando los cuerpos añadidos al edificio ‘‘original’’ y generando nuevos accesos y recorridos.
-Generar un nuevo espacio público junto al Mercado que le dote de mayor relevancia urbana, abra nuevas perspectivas hacia la ciudad histórica en general y en particular hacia la Iglesia de San Francisco.
- La creación de un aparcamiento bajo toda la extensión de esta actuación.
- Minoración de los impactos generados por las medianeras existentes a través de un edificio (cuyo trazado y geometría de la propuesta es pretendidamente irregular, que huye de los trazos reguladores de la ciudad nueva insinuando las irregularidades de la ciudad antigua) para usos terciarios, administrativos u hoteleros.
ESTADO INICIAL
ESTADO FINAL
Y para finalizar esta reflexión, queridos amigos de La Ciudad Comprometida, quisiera recordaros una vez más algunas las ideas que considero esenciales:
- Que es imprescindible contextualizar las decisiones públicas sobre la ciudad (a través de la planificación),
- Que para garantizar la sostenibilidad ambiental, social y económica de las Áreas de Oportunidad, es claramente recomendable que todo el proceso de toma de decisiones se realice con el aporte de numerosas disciplinas relacionadas con el urbanismo y la arquitectura (“superposición de miradas” como lo llamamos en La Ciudad Comprometida): planificación, análisis territorial, medio ambiente, culturales, ingenierías, economía territorial y urbana, geografía, sistemas de información geográfica, sociología, diseño urbano, paisajismo, restauración, movilidad y transportes, asesoría jurídica…etc. A fin de garantizar la viabilidad y la excelencia de los resultados a todos los niveles.
- Que en todo caso no olvidéis que en la ciudad (y en casi cualquier ámbito de la vida) no debemos tener prisa si corremos el riesgo de hacer las cosas mal…
- Y por último, que ya que son contadas las posibilidades de mejora efectiva de la ciudad consolidada, las áreas de oportunidad no deben desaprovecharse.