Quería tomarme un pequeño respiro con el blog aprovechando los días de mayor recogimiento de la Semana Santa, pero me ha llegado este mensaje y todo lo cambió:
“¿Ves Juan Carlos? Hay gente que aporta en la vida de los demás, que hace entrar un rayo de luz, de esperanza, de conocimiento ...eso es un privilegio. Por eso, por favor, no dejes de escribir en tu blog”
Así que aquí me tenéis de nuevo, pero os adelanto que mi ánimo hoy está algo solemne, quizás en consonancia con la seriedad que corresponde a un Viernes Santo, y por eso quisiera ir por derecho y adentrarme en esa llaga que se está abriendo entre la gente de la calle y los gestores de lo público porque es tal el dramatismo y la magnitud de la crisis sanitaria, social y económica que estamos viviendo que ofende todo lo que no sea: colaboración, trabajo compartido, solidaridad, altura de miras, rigor...
El caso es que estoy bastante abochornado con la clase política, seguramente al igual que muchos de vosotros. Y ya sé que es injusto medir a todos con el mismo rasero, pero es que, en general, unos y otros aprovechan cualquier ocasión para meter cizaña y poner a parir al contrario con una actitud mezquina, miope, ventajista o cateta. Gestionando esta crisis como si se tratase de una partida de ajedrez en el tablero de la política o de los intereses, y no como un servicio público en uno de los momentos más delicados de nuestra vida. Y en sentido contrario estamos la gente normal, responsabilizada (salvo los espabilados de siempre), y viviendo con entereza este drama, aunque con serias dudas sobre cómo será el futuro inmediato, ahora tan lleno de incertidumbres.
Por eso creo que ahora es más importante que nunca que nos agarremos a todo lo positivo que sigue aflorando desde la sociedad, para que lo amplifiquemos como si de un grito desgarrador se tratase… Para abrir conciencias y para exigir responsabilidad. Y en esa línea, hoy, Viernes Santo, os propongo LEER Y DIVULGAR un extraordinario artículo que no tiene desperdicio. Su autor es mi queridísimo amigo el Dr. José Antonio Lorente Acosta, uno de los investigadores españoles de mayor prestigio internacional, en el que afirma que habría que aprender cinco grandes lecciones de esta crisis sanitaria global:
“¿Aprenderemos algo? ¿Será todo igual?... Sí que habría que aprender varias lecciones, algunas urgentes, sobre la medicina y la salud pública, la comunidad internacional, las heroicidades, los medios de comunicación, y sobre la globalización.”
Para, al final, lanzar un grito verdaderamente desgarrador, franco y certero… Así que os invito encarecidamente a que leáis EL VIRUS ¿DE LA CONCIENCIA?
http://www.medicosypacientes.com/opinion/dr-jose-antonio-lorente-acosta-el-virus-de-la-conciencia