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Queridísima amiga Nidia, gracias por tu comentario, tan lleno de afecto hacia mi labor en tu país. Sabes de primera mano de las dificultades y de los sacrificios que tuvimos que sortear para mantener la coherencia profesional y personal, y mechas veces quiero pensar que no fue en vano. Que sirvió para plantar unas semillas y para ayudar a marcar un rumbo. Así que, a tí como al resto de tus compatriotas, os diría, rescatando el título de una de mis reflexiones en La Ciudad Comprometida, que "la clave consiste en do dejar de soñar".
Un afectuoso abrazo, y que Dios os bendiga.