Historias del coronavirus (4) LO QUE SON LAS COSAS…

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Lo que son las cosas… Han pasado apenas cuatro días y sin embargo tengo la sensación de que nunca había estado tanto tiempo recluido en casa. Por eso me sorprende lo lento que pasa el tiempo. Y no es porque no tenga nada que hacer, no. Ni siquiera porque no haga muchas cosas, claro que no. Porque en realidad madrugo bastante, desayuno ya abriendo mi mente al día, para enseguida zambullirme a teletrabajar a las 7h30’ y, en realidad, paso toda la mañana de manera frenética con mil chat, llamadas o correos… Como afinando el tiro en numerosos asuntos que pareciera que demandasen un leve impulso mío para que volvieran a recobrar su sentido… O al menos eso creyese yo.

Así que en realidad mi trabajo se parece mucho a eso, a completar sinfonías inacabadas o que en algún momento perdieron su armonía y precisasen ser afinadas, o que permanecen lánguidas porque su tempo ya perdió vida y es como que a mí me tocase relanzarlas hacia un molto vivace. Y así llevo años, muchos años. Y por eso ya me acostumbré a sentirme activo solo cuando estoy multiactivo. Y es curioso… porque eso me gusta.

Con el tiempo fui descubriendo que mi mente solo sabía razonar con una cierta tensión y que en realidad gozaba más tomando decisiones, marcando caminos, ideando salidas o resolviendo enigmas, que deteniéndome a desarrollar con primor y con esmero cada uno de esos rumbos que había trazado, y eso quizás me llevó a acompañarme de otros muchos, sin duda más pacientes que yo y, desde luego también, mucho más capaces para desarrollar aquellas ideas eléctricas que habían brotando en mi mente...

Recuerdo que alguien me dijo, hace ya años: “Juan Carlos, tú ya te has desprofesionalizado” y yo lo recibí como algo denigrante, porque reconozco que por entonces no supe entender que esa persona tenía toda la razón… En realidad, había dejado de ser un arquitecto individual para adoptar progresivamente un poco del espíritu de cada uno de aquellos que me acompañaban, a los que ayudaba con mis orientaciones y decisiones a avanzar. Y fue cuando en realidad empecé a tomar conciencia de mi nueva realidad. Porque, como os decía, la vida me ha ido llevando ¿O fui yo quizás? a navegar en mil aguas, a pensar en mil asuntos, a compatibilizar mil pensamientos.  Y eso me gusta… O quizás sea también que me guste porque sea la única manera, o mi manera particular, para seguir avanzando en una profesión en la que cuesta esfuerzos sobrehumanos no ya sobrevivir, sino sobre todo hacerlo con coherencia…

El caso es que llevo tantos años ya sumergido en ese ritmo frenético que te exige tener solo buenas primeras ideas que, seguramente, hice de la necesidad virtud. Y por eso, algunas veces, como en estos días, cuando un mayor sosiego es obligado, y cuando los minutos y las horas han recobrado su verdadera magnitud, me pareciera que ya no se vivir de otra manera…

Sin embargo, en menos de una semana las prioridades del mundo, y desde luego de mi mundo, han cambiado con tal radicalidad que aquí me tenéis, como millones de vosotros, recluido en casa, haciendo lo teleimposible para insuflar algo de vida a todo aquello que hasta hace apenas nada de tiempo era de la máxima urgencia…

Y lo que son las cosas, como te decía, porque hasta hace unos días era yo quien perseguía a los acontecimientos, siempre escurridizos y acelerados, cuando ahora aquel ritmo se volvió un adagio… ¡Uf! Y en estas estoy, que ya no sé si lo que me mueve es la inercia de seguir avanzando, o por el contrario sea en realidad mi voluntad corajuda de que la vida, mi vida, no se pare…

Por eso, me siento raro, raro, raro. Y han bastado para ello apenas cuatro días, eternos, encerrado en casa, prisionero de mi soledad, en los que en lo laboral y en lo social todo se volvió virtual. Además, con la certeza de que esto va, si no para largo, largo, sí que, al menos, no se va a pasar en un suspiro, no. Y creo que, desde entonces ¿Media semana? todo cuanto hago o pienso o digo se me antoja bastante introspectivo.

Pero el caso es que, si repaso mentalmente todo lo que hice hoy, resulta que es tanto que no justificaría esa sensación de languidez que me acompaña… Así que en eso llevo pensando toda la tarde. Pero en un momento de lucidez me dije:

- Anda Juan Carlos, ponte a escribirle a tus amigos de La Ciudad Comprometida a ver si así aclaras tus ideas y te sacas un conejo de la chistera, como tantas otras veces antes, porque algo tienes que hacer… Porque la coronavida te acaba de regalar todo un mesazo, o más, para que lo vivas como algo especial, o lo sufras como un verdadero suplicio… Tú eliges.

Y Ahora que estoy terminando mi reflexión, que ya no sé si en realidad es para vosotros o para mí mismo, me doy cuenta perfectamente de que, desde luego, ese mesazo, o lo que dure este encierro, no lo pienso tirar a la basura… ¡Claro que no!  Así que voy a trazarme un plan, jajaja, que es mi manera particular de resolver los enigmas, para llenar de miles de colores y de sensaciones estas mil horas que me esperan… ¡Al ataque!  

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15 comentarios

  • Enlace al Comentario Roberto Balboa Miércoles, 18 Marzo 2020 14:29 publicado por Roberto Balboa

    ¡Qué gracia tienes amigo Juan Carlos!
    ¿Más sabio que tú?, ja, ja y ja. Eso quisiera yo... tal vez algún día... aunque lo dudo mucho.
    Un abrazo como yo de grande.

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  • Enlace al Comentario Manu Miércoles, 18 Marzo 2020 16:44 publicado por Manu

    Buenas tardes. Como estoy poco inspirado solo decirte que me ha gustado lo de "coronavida", pero como decía Calderón la coronavida es un coronasueño y los coronasueños sueños son. Y eso es lo que esperamos todos de esta puñetera situación, que sea una coronapesadilla colectiva, un peréntesis y todo vuelva a empezar donde lo dejamos; como si tuviésemos el mando a distancia nosotros. Un abrazo a todos los que habéis entrado en este dormitorio.

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  • Enlace al Comentario Nidia Miércoles, 18 Marzo 2020 22:29 publicado por Nidia

    Hola!!!!!
    Qué gusto me da leerte!!! Más aún desde el encierro compartido a miles de km.
    Pues que te diré, eres tú!!! Así, tal cual te describes, incluso algo frenético a veces. Incansable y siempre pensando en mil cosas, más que cualquier otro. Es lo genial de ti, te hace vivir con más intensidad e inspiras a que los demás lo hagamos. Haz tu plan y cuéntanos qué harás. Seguro que aprovecharás muy bien estos días.
    Te envío besos y abrazos desde mi aislamiento en Lima, Perú.

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  • Enlace al Comentario M. Carmen Moreno Sanchez Miércoles, 18 Marzo 2020 23:32 publicado por M. Carmen Moreno Sanchez

    Buenas noches, me parece una reflexión que haces para ti mismo y que a la vez la compartes con los demás y quizás surge por él momento que estamos viviendo, confinados en casa, con una cantidad de información desoladora que termina minando en nuestra serenidad, no creo que estés desprofesionalizado.A las mentes inquietas y con inquietudes nos pasa eso que estamos con la cabeza en muchos sitios. Pienso que en un momento determinado surge ese deseo de hacer otras actividades que nos enriquecen y así conseguimos que la vida nos sorprenda en cada esquina propiciando esos momentos mágicos que nos hace sentir bien. Hace años escribí esto, besos y un abrazo navegable Juan Carlos.

    Esta mañana, me desperté con la melancolía, esa compañera que tantas veces está conmigo.
    A veces pienso cómo la vida nos va transformando, como pensábamos y como pensamos, como sentíamos y como sentimos ahora. No encuentro el punto que divida esos cambios, pero sin darnos cuenta, una mañana de pronto nos sentimos raros y una extraña sensación difícil de describir se apodera de nosotros.
    Una de tantas noches me desperté con esta sensación y escribí esto:

    No quiero contagiarme
    de la sabiduría de la vida,
    esa que hace que las personas cambien,
    esa que araña
    esa que hiere en los sentimientos
    y que poco a poco nos va transformando
    en otros seres.
    Quiero mí soledad y mí mundo íntegro,
    que nada ni nadie
    me transforme en esa persona
    que no quiero llegar a ser.

    Sin duda todo lo que está aconteciendo hará que seamos capaces de apreciar las cosas sencillas y cotidianas que pasan de largo.

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  • Enlace al Comentario Victor Sigler Gomez Miércoles, 09 Marzo 2022 13:51 publicado por Victor Sigler Gomez

    "los paisajes rurales que hay más allá de las urbes, encierran toda la sabiduría"
    Me alegra saber que en el libro de Juan José Bonilla se difunda la agricultura tradicional de la Alpujarra. Un gran aporte!!!)

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