El mejor de sus regalos… El mejor de sus legados Destacado

Llevo varias horas que si sí, que si no… que si os cuento esto que quería o que si para qué, porque eso son cosas mías, o de mi familia, y por eso que qué le importa a la gente... Me refiero, claro, a la gente como tú que lee un blog sobre ciudades comprometidas, sin importarle, seguramente, ni mucho ni poco mis cosas personales o mis recuerdos familiares.

Lectores a los que se os presupone que seréis muy serios, como tú mismo quizás lo seas. Como si un urbanista, como es el caso, por mucho blog personal de que disponga, se vaya a creer en el derecho de estar hablando de… ¿Es eso en realidad lo que piensas? Hummm, ya te imagino diciendo:

¿Cómo era el título ese del libro que escribió Juan Carlos? ¡Ah, sí! “Lo que sienten mis pensamientos”. ¡Valiente urbanista y valiente bloguero! ¡Pero si habla de lo que le da la gana! Anda que para encontrar un artículo en el que hable de cosas técnicas y sofisticadas… ¡Te tienes que tragar entre medias otros cuantos de sensiblerías que a pocos creo que le importen… Este hombre está perdiendo el tiempo conmigo y nos lo quiere hacer perder también a todos…

Pero como con los años voy aprendiendo que tan importante es lo que me grita la cabeza como lo que me susurra el corazón, pues aquí me tienes, hablándote de cosas pequeñitas, pero al tiempo grandes. Menudencias, seguramente, pero que atan más y que pegan tanto como el mejor cordel o la más sofisticada de las resinas. Me estoy refiriendo a los vínculos familiares y específicamente al amor fraternal. Unos lazos a partir de los cuales, durante la historia de la humanidad, se fueron naciendo los poblados, los barrios y en definitiva las ciudades y sus protagonistas, los ciudadanos.

familia numerosa

Por eso hoy, aquí me tienes. Hablándote de ese calorcito que hoy sentí cuando fui a dar un gran casi-abrazo a Rafa, mi hermano el chico (quién también es mi compadre), porque acaba de cumplir cuarenta y tantos…  y llevo desde esta mañana deseando dejar volar a mis recuerdos, para regodearme en algunas de aquellas cosicas bellas de la vida que compartimos. Recuerdos de la niñez. Vivencias de familia. Suspiros del alma.

Y me digo que no son tantos los que acaba de cumplir, seguramente porque yo tengo algunos más, aunque en realidad son los suficientes como para que aquellos recuerdos de cuando Rafa nació me vengan a la mente en blanco y negro.

Por aquellos días de aquel mes de Julio de 1971 me encontraba disfrutando de unos campamentos de verano en Castell de Ferro (Granada), en un complejo escolar del que apenas recuerdo alagunas pinceladas: su nombre (“Reyes Católicos”) y sobre todo que estaba al pie de una montaña que se me antojaba enorme, junto a una rambla con sus cañaveras, por donde se bajaba hasta la playa.

Había acabado mi primer curso de bachiller y algo oía por casa sobre una beca que me llevaría al acabar aquel verano a un internado de Valencia…  pero el caso es que allí estaba, en aquel campamento de verano aprendiendo a hacerme un hombrecillo, rodeado de algunos paisanos y de muchísimos otros desconocidos. Y os cuento esto porque, pasada la primera semana llegó el día de la familia y mientras que casi todos lo pasaron con los suyos que habían venido a verlos, yo lo pasé con los familiares de mis amigos de Guadix, porque mis padres no pudieron venir a verme. ¿La razón? Mi madre acababa de dar a luz al que a la postre ya sería para siempre el benjamín de la familia: mi hemanillo Rafael Adriano.

Y recuerdo nítidamente aquel día seguramente un poco por el dolor (o la envidia) de no tener allí a mi familia, pero sobre todo por la llantera que me produjo leer la carta que me envió mi madre con mi vecina Doña Lourdes Medialdea, la madre de Juanjo y de Manolillo… No importa ya intentar adivinar lo que me escribió, porque sé perfectamente que con su bella caligrafía llena de ternura me hablaría del recién llegado, de lo mucho que me querían y de que procurase portarme bien y ser buena persona. Y aún soy capaz de saborear el gustito agridulce de aquellas lágrimas que me produjo aquella carta maternal, sin saber aún que, por muchos años, durante mi estancia en la Universidad Laboral, esas cartas y aquellas lágrimas se seguirían repitiendo una y otra vez.

Además se llamaría Rafael Adriano, en agradecimiento al médico de familia que siempre estuvo acompañándonos, en los mejores, en los regulares y también en los restantes momentos que tiene la vida.

Aunque ese es el primer recuerdo que atesoro de Rafael, os cuento con orgullo que concentra los mejores atributos que corresponderían al mejor hermano soñado. Que seguramente son muy parecidos a los que nos gustaría atribuir al mejor de los vecinos, o al más noble de los paisanos.

rafael

Recuerdo que hace unos años, cuando nació este blog, mi hermana María Inés con muchísima generosidad escribió sobre mí algo que sin embargo yo veo nítidamente reflejado en Rafael, así que será como si ella lo estuviese describiendo más bien a él, porque yo lo veo precisamente así mismo:

“Más de una vez hemos tenido que oir los 10 hermanos: «GARCÍA DE LOS REYES TENÍAS QUE SER»!!! y es que, somos muy muy cabezotas, con mucho genio, mal humor a veces, impulsivos, gritones (ahí gano yo), pesssaos, en ocasiones antipáticos y malafollás ¿Por qué no?…

Pero también destacamos por ser sensibles, amigos de nuestros amigos, cariñosos, chistosillos, chuletas, guapos, trabajadores, constantes, tenaces, inteligentes, desprendidos, confiados, orgullosos, simpáticos… pero es que, además (Rafael) es un guasón, de buen ver, elegante, con porte, (…) sincero, buen padre, entregado, dedicado, reconocido, premiado, felicitado, y de los mejores en su trabajo. Díganme: ¿es digno o no de admirar?”

Uno de los recuerdos familiares que una y otra vez nos recordamos entre los hermanos es una de las frases lapidarias que nos decía nuestro padre:

              “Que a los hijos solo hay que dejarles dos bienes muy preciados: educación y hermanos”

Una enseñanza que con el tiempo valoro más y más, y que en cierto modo fue el germen de algo que yo mismo le escribí a mi bella hija del alma:

Cuida mucho a las personas con las que sientes que te unen vínculos especiales de amistad, aprecio y solidaridad, y no te olvides de regar con frecuencia esos dones para que puedan perdurar muchos años y quizás también en algún caso para toda la vida.

Y cuida también regularmente con generosidad y entrega a aquellos que llevan tu misma sangre, porque su presencia en tu vida constituye el mayor tesoro que nos da la
vida. Ya que serán por siempre un espacio de encuentro y de refugio, en el que el calor del amor siempre te estará esperando. Pero deberás ser generosa también tú con cada uno de ellos para que con la mejor actitud recíproca esos vínculos sean más duros que el acero y más dulces que la miel.

https://laciudadcomprometida.eu/component/k2/160-tu-camino-en-la-vida

Por eso, querido hermano Rafa, seguramente papá y mamá estuvieron intentándolo una y otra vez hasta dar con la tecla, la mejor de sus teclas. Hasta tener al que seguramente sea el mejor de sus hijos. Al que sin ninguna duda constituye el mejor de sus regalos y el mejor de sus legados. Un HERMANO con mayúsculas como lo eres tú…  

familia de rafael

 

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15 comentarios

  • Enlace al Comentario Martha Carrillo Miércoles, 08 Julio 2020 20:15 publicado por Martha Carrillo

    Qué lindo, en cualquier ciudad comprometida lo fundamental debe ser el amor de familia, el que nos hace mejores seres humanos. Un fuerte abrazo y bendiciones para tu familia.

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  • Enlace al Comentario Roberto Balboa Miércoles, 08 Julio 2020 20:45 publicado por Roberto Balboa

    Querido amigo Juan Carlos:
    Cada vez que te veo hablar de la familia, siento cierta nostalgia, pues fueron muchas las noches que tuve la suerte de disfrutar de tu casa, de tus papis y de vosotros.
    Obviamente, por mor de la edad, con los más pequeños apenas tuve trato, pero luego la vida nos ha ido acercando de las más variopintas maneras, excepto en un caso que tengo clavadito en el corazón y que ya te comentaré.
    Y en concreto Rafalito, es de los que empecé a tener relación muchos años después, pues justo tu hermano Julián y un servidor habíamos acabado Magisterio el año antes de su nacimiento, y por ende mis visitas a casa de tus papis perdieron su razón de ser.
    Tal y como decía Neruda, “confieso que he vivido”, yo tengo que confesar que en tu casa me sentía como uno más, y que más que esperar el momento más tranquilo de la madrugada para estudiar, el rato que con más embelesamiento buscaba, era el previo a la cena, porque las anécdotas de todo tipo que tu papi nos contaba me tenían siempre con el espíritu avizor. La pena era que en cuanto acabábamos de cenar y yo pretendía posponer un poco más nuestra retirada con el objeto de seguir con las cosillas de tu papi, él invariablemente sacaba sus tijerillas y empezaba a recortar esto y aquello del montón de periódicos y revistas que tu mami ya le había acercado. Eso sí, al poco empezaba a dar cabezadas y Julián y yo sabíamos que era el momento de retirarnos.
    Y tu mami, siempre con esa sonrisa angelical, la misma que te he comentado en muchas ocasiones que tú me recuerdas cuando sonríes; jamás pierdas esa sonrisa, que estoy seguro te habrá ayudado en muchas ocasiones, y que muy seguramente te seguirá ayudando en el futuro.
    Un abrazo como yo de grande.

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  • Enlace al Comentario Womanandsepie Miércoles, 08 Julio 2020 21:46 publicado por Womanandsepie

    Qué buen regalo me acabas de hacer hermano.
    Buenas noches a Julio y Julián, a Torcua, a Maricarmen y a Rosa.
    A Inés y a Pepe Luis.
    Buenas noches para Rafa y para ti.

    Maite

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  • Enlace al Comentario Silvia Rosa Silva Arancibia Jueves, 09 Julio 2020 01:08 publicado por Silvia Rosa Silva Arancibia

    Oh para mi ha sido una sonrisa en todo momento de tu narración, pues yo me imaginaba todo cuanto describes al leer la carta de tu madre.
    Si que cala hondo los sentimientos de nuestra niñez, trae tantos lindos recuerdos que afloran al instante las lagrimas.
    Te mando un abrazo, pues tienes una linda y numerosa familia
    Cariños Silvia

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  • Enlace al Comentario Rafael García De Los Reyes Jueves, 09 Julio 2020 06:46 publicado por Rafael García De Los Reyes

    Ya recostado ayer, tarde, después de impregnarme del calor de los amigos, que vinieron a rodearme con su presencia a nuestro patio (y a beberse nuestra cerveza y los manjares que inventó Paqui), me encontré con esta sorpresa.
    Escribí algo y se borró... Seguramente no sería lo más acertado. Seguro que escribí sobre lo fácil que es andar lo andado. Seguro que escribí lo que reconforta mirar atrás y ver 9 hermanos cubriéndote.
    Es tan agradable todas y cada una de las veces que hemos celebrado lo que nos queremos los hermanos y lo que sequimos queriendo a nuestros padres.
    Papá, Mamá, Julio, Julian, Juan Carlos, Torcuato, Maricarmen, Maite, Rosamaría, Marinés y Pepeluis.
    Ahora, me toca a mí ser padre de tres princesas maravillosas, y marido de Paqui, otra hermana más para vosotros, y mi todo. Mi amor, mi mujer, mi amiga, mi contraria a veces, pero siempre la parte más importante de mi vida, que también sois vosotros.

    MI FAMILIA.

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  • Enlace al Comentario Luparia Jueves, 09 Julio 2020 11:05 publicado por Luparia

    Me ha encantado, menudo regalo precioso a Rafa.
    Me alegra saber que cuidas tanto de tu familia, un abrazo.

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  • Enlace al Comentario JOSE A. LORENTE Jueves, 09 Julio 2020 14:25 publicado por JOSE A. LORENTE

    Precioso texto, querido Juan Carlos. Llega al corazón, despierta sentimientos de amor familiar que nunca deberían ni apagarse ni olvidarse. Me siento identificado en muchas de las cosas que dices. Gracias por haberlo escrito. Un abrazo, pendiente de la próxima carrerita. Jose

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  • Enlace al Comentario Juan José Bonilla Jueves, 09 Julio 2020 15:29 publicado por Juan José Bonilla

    Nada de tonterías, sensiblerías, esta reflexión es impactarte y entrañable, porque a través de tus vivencias y afectos cercanos nos haces vernos en los nuestros y mi mente se va a mis padres que murieron muy jóvenes, a mi única hermana, y te puedo decir que lo he leído de principio a final y me ha encantado. Un abrazo enorme.

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  • Enlace al Comentario Juan Carlos García delosReyes Viernes, 10 Julio 2020 06:23 publicado por Juan Carlos García delosReyes

    Queridos amigos de La Ciudad Comprometida, los que me leéis, los que además me haceis comentarios en las redes sociales, y ahora también a Marta, Roberto, Maite, Silvia, Rafa, Inés, Jose y Juanjo... ¿Qué podría deciros, salvo que me alegra enormemente que mis cosicas os hayan llegado al alma? Esa es la generosa recompensa que recibo por abriros mi corazón. Un cálido abrazo para cada uno de vosotr@s

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  • Enlace al Comentario Luciano Luis Alcalá Velasco Martes, 14 Julio 2020 15:54 publicado por Luciano Luis Alcalá Velasco

    Creo que ha sido providencial, Juan Carlos...
    Esta mañana recibí un correo de tu estudio (GR de tu tierra y tus apellidos) con un enlace para descargar un documento que no había conseguido localizar en internet y te había pedido hace unos días. Le dije a Kika que te lo agradeciera de mi parte, por la amabilidad en hacerlo (da gusto encontrar esa magnífica relación entre compañeros) y por la presteza en facilitármelo. Pero mi sorpresa ha sido, al pulsar en el vínculo de La Ciudad Comprometida (ese, en concreto) y descubrir directamente este último hilo de tu blog.
    Porque la mía también es una familia numerosa de las de entonces y me he identificado mucho con tu relato. Soy el mayor de ocho hermanos (4+4) nacidos en Ceuta, que también hemos mamado los sentimientos que reflejas en tus palabras sencillas. Mis padres, con 97 y 96 años disfrutan ahora mismo de la paz y la plenitud que les proporciona nuestra casa de Capileira y la compañía de varios de sus hijos y nietos. Esa casa –mi primer proyecto– que ya se quedó pequeña hace tiempo para una familia tan grande y queremos ampliarla porque, desde hace casi 40 años, es nuestro punto de reunión, en los veranos y las navidades (y otras fiestas de guardar), para un familión disperso por media geografía española y parte del extranjero.
    Nos conocimos en los noventa cuando fui a consultarte en tu estudio (mi buen amigo Eduardo Ortiz me lo aconsejó) el polémico asunto de los huertos urbanos privados que privaba de una posible ampliación a nuestra finca del bancal de Macabe en el inicio de la larga tramitación de las Normas Subsidiarias del Barranco del Poqueira. Me dijiste que si hubiera ido antes a verte se hubiera arreglado el problema desde el principio. Pero se solucionó con las alegaciones que presenté más tarde e informaste favorablemente, siendo admitidas y plasmadas en el plano final de calificación del suelo de Capileira.
    Pues sí, Juan Carlos, tus cosicas me han llegado al alma, como le llegan a quien respira los mismos sentimientos de una familia numerosa de las de entonces y tan bien avenida como la tuya. Y quería compartirlo contigo... en tu propio blog.
    Un abrazo para ti y para los tuyos.

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