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Querido amigo Roger, mis buenos deseos de que prevalezca la concordia entre los pueblos y las personas se ven fortalecidos por tus palabras que animan a que aprendamos a construir diálogo, convivencia y mejora del bien común. Además, aunque esas cualidades son universales, seguramente tengan un dulzor especial al haber sido escritas desde Catalunya, una tierra a la que en estos días he aprendido a amarla mucho más de tu mano, de la mano de sus paisajes, y de la mano de su cultura y tradiciones... y tengo que decirte que no me he sentido lejos de mi hogar porque, como dices, había mil cosas que me hacían sentirme como en mi tierra.
Gracias por ser un hombre que refleja todos esos atributos de los que estamos hablando.