Creo recordar que alguna vez te he contado que las historias más bellas suelen estar flotando en el ambiente a la espera de que llegue alguien con la sensibilidad suficiente, con el corazón henchido, o con el estado de ánimo preciso para percibirlas… Yo puedo atestiguarte, y estas páginas de LCC son testigo de ello, que a lo largo de mi vida pude vivir muchas de esas historias que me calaron el alma, y estoy seguro de que fue gracias a que en aquel momento concreto tuve una adecuada actitud ante la vida y hacia las personas con las que me crucé.

De manera similar nos ocurre a las personas con las acciones que desarrollamos o a los arquitectos con los proyectos que nos encargan, ya que el ritmo frenético de la vida actual, y sobre todo la rutina, suelen dificultar que puedan ser atendidos de manera correcta y macerados adecuadamente. Por eso es tan importante interiorizar pautas o diseñar procesos de trabajo que propicien que percibamos la verdadera esencia de cada labor y las claves desde las que deberíamos abordarla. Te sorprendería saber que tras varias décadas como arquitecto cada vez veo con mayor claridad que los proyectos que más y mejor me han hecho vibrar y aquellos con los que más útil pude ser pocas veces fueron los de mayor presupuesto o los de mayor tamaño.

Pero mis reflexiones de hoy no se quedan ahí, ya que cuando echo la vista atrás también veo con nitidez que en todo ello hay un punto en común que son las personas… por eso seguramente lo más bello de las historias más bellas que viviste fueron aquellos protagonistas con los que la vida te cruzó; o la importancia que te supuso participar, hacer equipo o sumar con esos hombres y mujeres que no solo te aportaron experiencia o conocimientos, sino buenas actitudes y buenos ejemplos de vida.

Y antes de que preguntes que por qué hoy te cuento esto, te diré que una de esas personas ha sido Juan Manuel Díaz Villoslada, a quien he tenido el honor de conocer durante la elaboración del Plan Director del Paisaje Nocturno del CH de A Coruña (Galicia, España) cuando ostentaba el cargo de concejal de Urbanismo, Vivienda, Infraestructuras y Movilidad (Además ha sido gerente de la Universidade da Coruña en el período 2012-2016 y diputado en Parlamento de Galicia entre 2016 y 2019).  Y te lo cuento porque me encantaría compartirte dos artículos que Juan Manuel ha publicado recientemente y que a mí se me antojan esenciales sobre “la inaplazable necesidad de reducir las emisiones contaminantes en nuestras ciudades” y “cómo los compromisos sobre clima y salud pública exigen de los responsables públicos la adopción valiente de decisiones que mejoren sensiblemente nuestros índices de contaminación, hacia entornos urbanos más saludables y sostenibles”:

• Ciudades con bajas emisiones, ciudades más sostenibles https://www.mundiario.com/articulo/economia/ciudades-bajas-emisiones-ciudades-mas-sostenibles/20220502210225241107.html
• Iluminación, paisaje nocturno y sostenibilidad urbana - https://www.mundiario.com/articulo/analisis-opinion/iluminacion-paisaje-nocturno-sostenibilidad-urbana/20220705151040245851.html

Además, tengo que agradecerle que en el segundo de ellos se haga eco de mis palabras al afirmar:

“el urbanista Juan Carlos García de los Reyes sostiene que es posible imaginar y planificar una estrategia de iluminación que no atienda solo a la función ligada a la seguridad y a la protección de los ciudadanos, sino como elemento que cualifica los espacios comunes, que facilita y propicia la vida social después del anochecer, que refuerza la identidad cultural mediante la puesta en valor el patrimonio histórico, y como instrumento de apoyo a la economía de la noche y al turismo. El Urbanismo de la Luz, señala, surge para integrar el paisaje nocturno en las políticas de desarrollo urbano.”

Pero te dejo con una de las citas que propone Juan Manuel, elocuente como ella sola:         

“Si planifica ciudades para coches y tráfico obtendrá coches y tráfico. Si planifica para personas y lugares, obtendrá personas y lugares”. Fred Kent, presidente del proyecto Espacio Público.

Apenas me queda tiempo para tomar una nueva taza de café y para departir con mi equipo sobre algunos de los proyectos en los que estamos inmersos, ya que enseguida partiré hacia A Coruña a donde he sido invitado por la asociación SLOWLIGHT para participar en una jornada técnica que me interesa muchísimo: LUZ, NOCHE Y CIUDAD.

Slowlight se trata de una iniciativa que nació en Galicia de la mano de los ingenieros Coque Alcázar y Raquel Valiño que “promueve la gestión responsable de las redes de alumbrado público hacia el diseño responsable del paisaje nocturno y la protección de la noche”.

• "La iniciativa pretende una iluminación de calidad, que conecte a la persona con el entorno a través de una iluminación emocional basada en la tecnología, y luchar contra la contaminación lumínica", explica Alcázar.

Quizás algunos de vosotros sepáis que, durante los últimos años, junto con Alberto Giachi, un extraordinario lighting designer florentino afincado en Granada, hemos estado desarrollando un innovador proyecto de investigación que busca integrar el diseño del paisaje nocturno de las ciudades en las políticas de de­sarrollo urbano a través de la figura del PLAN ESPECIAL DEL PAISAJE NOCTURNO. 

Por tanto, un diseño de la iluminación en la ciudad concebido no solo para reducir costes y mejorar su eficiencia, sino que forme parte de una amplia estrategia general que tenga presentes otras necesidades tales como:

• la sostenibilidad ambiental
• el desarrollo de ciudades o territorios inteligentes (Smart Cities - Smart Country)
• la mejora de la calidad del espacio público, favoreciendo pautas de rediseño a partir de las necesidades de los ciudadanos
• dotar a las personas y a la iluminación de un protagonismo ade­cuado en el diseño urbano de los espacios públicos de acuerdo con su uso, su jerarquía urbana y con sus necesidades funcionales
• incidir en la imagen urbana de las ciudades y sus barrios, en los perfiles urbanos de las ciudades históricas y en la armonía de su percepción
• evaluar el impacto del alumbrado sobre la actividad cultural y económica
• y dotar de fuerza reguladora a dichos postulados a fin de que se puedan integrar adecuadamente dentro de las políticas urbanas

Portada del Cuaderno de la La Ciudad Comprometida, EL URBANISMO DE LA LUZ.

Esta investigación ya ha tomado forma a través de la publicación EL URBANISMO DE LA LUZ dentro de la colección de Cuadernos de La Ciudad Comprometida (que confiamos que pronto, muy pronto, pueda ver la luz) y por eso nos sentimos muy honrados de haber sido invitados a este evento tan importante, ya que los postulados que proponemos están completamente alineados con los que propicia Slowlight.

Además, allí nos encontraremos con algunos de los especialistas que nos han apoyado en la misma como la física Susana Malón y el propio Coque Alcázar… (Aprovecho para mandar un abrazo al ingeniero Javier Martínez Calahorro, a la geógrafa Natalia Palomares y a la arquitecta Elena Medina por sus apoyos esenciales).

Os dejo el programa de este evento y os invito a participar.