Elementos filtrados por fecha: Jueves, 16 Octubre 2025
Un libro esencial sobre la arquitectura vernácula de La Alpujarra
Hoy voy a compartir contigo una agradable sorpresa que he recibido en los días pasados. Verás: Resulta que recibí un inesperado paquete en mi oficina, que abrí con enorme curiosidad. Contenía un bello libro con una aún más bella dedicatoria de su autor. Llena de afecto y de generosidad hacia mí.
Te diré que había perdido todo tipo de contacto con Alfonso Castellón Gallegos desde hacía unos veinte o veinte y cinco años cuando coincidimos profesionalmente en La Alpujarra, más concretamente en el Barranco del Poqueira. Fue cuando dirigía por entonces un complejísimo y voluntarioso trabajo para dotar de ordenación urbanística y de protección a ese hermosísimo valle que engloba a los municipios de Capileira, Bubión y Pampaneira y resulta que Alfonso era el técnico municipal.
Por esa razón tuvimos la oportunidad de coincidir y trabajar juntos, prácticamente codo con codo y absolutamente compenetrados. Desarrollando una enorme pedagogía patrimonial para hacer ver a aquellos alcaldes y concejales que sus pueblos, sus bancales, sus tinaos, sus muros y paratas, sus casas de piedra, madera, launa y cal, sus acequias, su urbanismo escalonado lleno de gestos solidarios, la sabiduría con la que generación tras generación supieron labrar el paisaje, su cultura del agua, sus prados, sus cortijadas, sus tradiciones… constituían algo muy valioso. Tan valioso que ya ni tan siquiera les pertenecía solamente a ellos, sino a todos los andaluces. A todos los españoles. A todos…
Pues allí que estaba presente Alfonso: juicioso, comprensivo y verdaderamente proactivo. El mejor cómplice municipal que pude soñar, a pesar de que por entonces era muy joven y deduzco que asesorar a los municipios del Barranco debió de ser uno de sus primeros trabajos profesionales.
A Alfonso en realidad no tuve nunca la necesidad de convencerlo de nada. Tan voluntarioso y comprometido con lo patrimonial y con lo ecológico, gracias a su enorme sensibilidad enseguida se alineó con el discurso de las propuestas urbanísticas y patrimoniales que yo llevaba a aquellas gentes. Por eso mi discurso era también su discurso. Comprenderás por tanto que sus aportaciones técnicas, siempre llenas de sensibilidad y de cordura, constituyeron una enorme contribución para que finalmente aquel planeamiento saliera adelante y fuera un verdadero éxito colectivo.
Fueron unos años más que laboriosos en los que coincidí con Alfonso Castellón. Los recuerdo enormemente. Intensos y apasionantes. Fueron decenas de reuniones con vecinos, visitando organismos, explicando propuestas, recorriendo cada rincón de los pueblitos y de sus ruedos, discutiendo detalles…
Aún sigo pensando que el Planeamiento Supramunicipal del Barranco del Poqueira (Normas Subsidiarias de planeamiento, con Contenido de Protección, de Capileira, Bubión y Pampaneira) constituyó una enorme lección del mundo rural para toda la sociedad, que aún hoy sigue vigente como uno de los mejores activos urbanísticos de Andalucía. Porque tres pequeños municipios, cuya población apenas sumaba 2.000 habitantes entendieron que, más allá de las líneas artificiosas de sus términos municipales, debían trabajar conjuntamente ya que compartían un mismo valle, una misma cultura, un mismo paisaje, unos mismos recursos… por lo que debían también soñar juntos un mismo futuro. Y así fue. Con el apoyo inicial de la Diputación de Granada aquel plan salió adelante y coniguió el aval de todas las administraciones, incluida la Consejería de Cultura que les delegó la gestión de sus Conjuntos Históricos. como colofón, tal y como había programado aquel plan, constituyeron un consorcio urbanístico que les permitió trabajar coordinadamente durante muchos años.
Por eso, con toda justicia, a aquel planeamiento supramunicipal, una vez concluido definitivamente, le fue otorgada en 2009 la Bandera de Andalucía. Una bandera que en justicia también es de Alfonso Castellón, al igual que de todos los funcionarios y concejales que contribuyeron en su diseño y aprobación.
Ahora, muchos años después, recibo con enorme alegría ese presente tan especial, plasmado en un libro esencial con el que su autor nos comparte todo lo que sabe y ama de la arquitectura vernácula de La Alpujarra. ¡Felicidades amigo Alfonso!
¡Ah! Que olvidaba compartirte tan bella dedicatoria:
“A Juan Carlos García de los Reyes: Maestro y pionero de la puesta en valor de las arquitecturas vernáculas de Las Alpujarras.
Tu trabajo abrió camino para quienes amamos este territorio.
Fue un privilegio coincidir contigo durante mi etapa en La Alpujarra y aprender de tu visión.
Que este libro sea también un pequeño homenaje a tu dedicación y a la belleza que juntos defendemos.
Con cariño y admiración, Alfonso Castellón”