Alguna vez os he hablado acerca de la necesidad de afrontar las cuestiones complejas considerando dicha complejidad, ya que de lo contrario lo que estaríamos haciendo no sería otra cosa que simplificar en exceso la realidad de las cosas, lo que a la larga suele traer mucho más perjuicio que beneficio.
A mí, cuando me refiero a esa manera tan frecuente de simplificar en exceso la realidad en aras de poder tomar decisiones mucho más rápidas y prácticas (algo que les encanta a muchos políticos y a casi todos los ejecutivos) me gusta mostrar la diferencia entre hacer propuestas monocromáticas o multicolores, entre adoptar posturas simplonas o llenas de matices, o de que en la toma de decisiones se tengan en consideración todos los aspectos necesarios o que se tomen atajos…
Y esta fatídica manera de proceder que podría aplicarse a casi todos los ámbitos de la vida, cobra sin embargo una especial gravedad cuando se trata de intervenir en las ciudades y los territorios. Por eso recordarás que en numerosas ocasiones te he compartido algunos de los Principios de La Ciudad Comprometida:
- “Cree en la necesidad de planificar las actuaciones en el territorio y las ciudades, como instrumento para garantizar su sostenibilidad ambiental, social y económica, así como para mejorar sus sinergias”
- “Confía en la participación de los ciudadanos y las instituciones en los procesos de planificación como forma de asegurar la idoneidad social de las decisiones adoptadas”
- “Entiende que la planificación es una tarea colectiva: de la sociedad, de sus dirigentes y de los especialistas ambientales, territoriales y urbanos”
- y “Que los Planes están al servicio de la sociedad y no al contrario y que la bondad de un Plan está en su capacidad para mejorar la calidad de vida de las personas en todos los sentidos.”
Supongo que ya habrás adivinado que esa fiebre tan actual consistente en que pensemos mucho más en el hoy y en el ahora que en el mañana; en mí mismo que en los demás; o en la sociedad actual y no en las generaciones venideras... llevada al ámbito de las ciudades y territorios ha supuesto que en las décadas más recientes se hayan adoptado demasiadas decisiones precipitadas con graves perjuicios sociales, ambientales e incluso económicos cuya solución, caso de ser viable, suele ser muy compleja y costosa.
Por eso en muchas regiones, como es el caso de Andalucía, se ha modificado la legislación urbanística para propiciar que los municipios prioricen en los próximos años una mirada hacia la ciudad actual y sus necesidades de mejora y no tanto en crecer y crecer.
En dicho sentido, la relativamente reciente Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (L.I.S.T.A.) propone que el suelo urbano actual de las ciudades se puedan delimitar Actuaciones de Transformación Urbanística (A.T.U.) una de cuyas modalidades sería la Actuación de Reforma Interior según se expone en el artículo 29.1:
- Se consideran actuaciones de reforma interior aquellas que, en suelo urbano, tienen por objeto una nueva ordenación urbanística en un ámbito por causa de la obsolescencia de los servicios, degradación del entorno, necesidad de modificar los usos existentes o análogas que hagan necesaria la reforma o renovación de la urbanización del ámbito.
Y como yo tengo más que arraigado ese sabio refrán que nos recuerda que “no es lo mismo predicar que dar trigo” ahí va un ejemplo en el que estoy trabajando con mi equipo de www.gr-arquitectos. Se trata de una iniciativa del Ayuntamiento de Atarfe (Área metropolitana de Granada, Andalucía. España) para acometer la reordenación urbanística de los sectores SR-15-16-17-18.
Se trata de un área extensa, parcialmente urbanizada y edificada, en la que hoy existen numerosos edificios de viviendas e incluso importantísimos equipamientos municipales como es el caso de la nueva Plaza de Toros, el Ferial y un Instituto de Enseñanza Secundaria.
Con este Plan de Reforma Interior (PRI), cuya tramitación ya se encuentra muy avanzada, se persiguen los siguientes objetivos principales:
- CONCILIAR MEJORA URBANA Y SEGURIDAD JURÍDICA: Con la reordenación urbanística se busca dotar de coherencia y calidad urbana a los numerosos planes y proyectos autorizados durante los últimos 25 años, muchos de los cuales además están en proceso de ejecución. Para ello se parte del principio de intervención mínima, siempre que ello sea posible, y solo abordar modificaciones cuando sea estrictamente necesario. Por ello, la reordenación solo afecta a las zonas que no han sido aún edificadas y a las áreas cuya urbanización no ha llegado a completarse.
- MEJORAR LA ORDENACIÓN: Entre las necesidades más relevantes están:
- Paliar los graves problemas de inundabilidad que aquejan al sector urbano en el que están ubicados estos suelos.
- Dotar de coherencia al conjunto de espacios libres y zonas verdes articulándolas adecuadamente con los numerosos equipamientos municipales existentes en su entorno.
- Aumentar la densidad de viviendas en los suelos aún vacantes a fin de que las tipologías edificatorias se adapten a las necesidades sociales y como estrategia para poder liberar suelo destinado al aumento de los espacios libres y para dar respuesta a los problemas de inundabilidad.
- MITIGAR LOS PROBLEMAS DE INUNDABILIDAD: en realidad los problemas de inundabilidad requerirían de una solución global para toda la ciudad de Atarfe, por eso se han identificado aquellas actuaciones que deberían ejecutarse en este ámbito pero que sin embargo han sido concebidas de una manera global.
Para ello se ha trabajado de manera coordinada con la Confederación Hidrológica del Guadalquivir (CHG) para que a partir de los estudios hidráulicos globales para toda la ciudad se hayan podido proponer diversas medidas específicas para estos suelos, entre las que destacaría la creación de un Sistema Urbano de Drenaje Sostenible (SUDS), que no es otra cosa que un gran parque que en caso de grandes avenidas sería el que acumularía la mayor parte de los flujos de agua. Se trataría por tanto de una actuación de gran incidencia paisajística destinada a filtrar, retener, infiltrar, transportar y almacenar el agua, favoreciendo la laminación de avenidas de modo natural, minimizando los riesgos de inundación.
- ACTUALIZAR LOS MECANISMOS DE GESTIÓN: a fin de que el ayuntamiento pueda concluir la totalidad de las obras de urbanización necesarias y su repercusión correspondiente a los propietarios afectados en coherencia con lo previsto en la legislación.
- 5. REALIZAR UNA EVALUACIÓN AMBIENTAL DE LAS ACTUACIONES: mediante su evaluación ambiental estratégica y el concurso del órgano ambiental como de otras administraciones sectoriales.
Sirvan, por tanto, estas reflexiones y este ejemplo para hacernos ver que las mejores ciudades son aquellas que hacen los mejores proyectos, no las que los hacen más rápidos… porque como reza el dicho que conocen todos los montañeros: “los atajos traen trabajo”.
¡Ah! Y que no se me olvide agradecer todo el apoyo recibido: al arquitecto Alejandro Rodrigo por su concienzuda labor de coordinación de los trabajos; a Jose María Martos por su asesoramiento jurídico; a GIS4TECH, Spin-Off de la UGR, y a su CEO el Ingeniero Jorge Hernández, por la cualificada aportación y asesoramiento; y sobre todo al Ayuntamiento de Atarfe por la valentía, el compromiso y la ejemplaridad que significan haber puesto en marcha esta iniciativa, felicitando especialmente a su alcalde Pedro Martínez, a su concejal de urbanismo José Manuel Peula, así como a Montse Padial y a Ismael Rodríguez Pedrosa, asesora jurídica y arquitecto municipal, respectivamente.