Reproducción del artículo publicado el día 19.02.2018 en el periódico IDEAL, en su página 58
Han pasado ya más de ocho años desde que nació el blog La Ciudad Comprometida. Aproximadamente 1400 post, siempre con regularidad y puntual a mi cita con cada uno de vosotros, y compartiendo mis reflexiones aquí o allá. En Granada, en Andalucía, en América… Y llevaba meses convencido de que necesitaba realizar una cierta mirada retrospectiva, pero sobretodo una mirada a mi interior. Para mi propio aprendizaje pero también para contárosla, porque lo que pude aprender (seguramente más sobre actitudes, métodos o estrategias) en realidad ya no me pertenece.
Y es así como ha surgido “Reflexiones desde La Ciudad Comprometida: Lo que sienten mis pensamientos”, una publicación en cuyas páginas va aflorando mi ideario personal y profesional, mi compromiso por vivir y mi compromiso por compartir lo que aprendí. En lo que quisiera que suponga un paso más en mi compromiso de humanizar los conocimientos que adquirí.
Os será fácil apreciar los vínculos tan arraigados que tengo con mi tierra y con mis gentes, aunque reconozco también que cada vez se me ensanchan más esos términos, tras tantos años retando a la vida en mi condición de accitano y de granadino errante…
Pero os confieso que yo ya no sabría entenderme sin La Ciudad Comprometida. Porque ha sido a través de sus páginas virtuales como ha ido aflorando todo el sentido de mi yo, como persona, como ciudadano o como arquitecto… Para hoy poder visualizar la magnitud que pueden llegar a tener los aportes personales y colectivos para esa tarea titánica, pero maravillosa, de construir un mundo diferente, más justo, con mayores y mejores oportunidades para todos. Donde la esencia de lo que ha sido esté presente en el moldeado de lo que pueda ser.
Por eso para mí, La Ciudad Comprometida es mucho más que un blog. Es un reto, es un afán, es un compromiso que ayuda a explicar que todos los días, aquí o allá, en la red o en vivo, con palabras y sobre todo con los hechos, cada vez somos más los que tenemos claro que no podemos ser sólo espectadores en un mundo que cada vez nos gusta menos.
Soy arquitecto y con este oficio, solo apto para soñadores, se ha ido moldeando mi carácter a medida que iba tomando cuerpo mi convicción de que yo, como todos, día a día, podía contribuir a que las cosas cambien a mejor… Y mientras os escribo se me eriza la piel al comprobar que, quizás también, la estela que dibujé durante todos estos años pueda servir de guía a otros que sientan la necesidad de implicarse de lleno en esa tarea.
Ya han pasado más de tres décadas desde entonces y me siento tremendamente afortunado por toda la experiencia que he acumulado como consecuencia de los numerosos proyectos de todo tipo en los que he tenido la suerte de intervenir. Con cada uno de ellos he crecido y madurado, pero no solo en conocimientos técnicos, sobretodo en el grado de implicación colectiva que los arquitectos tenemos que asumir para la mejor construcción de nuestras ciudades…
No hace mucho escribí que no tenía duda alguna de que uno mis pilares esenciales ha sido mi maravilloso equipo, ya que unos y otros me ayudan cada día a conjugar la ética con la excelencia. Y otro de ellos ha sido la asunción de un creciente compromiso con la colectividad, con la arquitectura, con la armonía, con la equidad social, con el respeto a la memoria histórica, con la sostenibilidad… Y eso me lleva a pensar en tantos y tantos excelentes ciudadanos gracias a los cuales nuestras ciudades, nuestra sociedad, nuestro mundo, y en definitiva todos nosotros, somos sin duda un poco mejores.
Así pues, es mi intención poder acercaros a La Ciudad Comprometida, a través de algunas de mis reflexiones de estos últimos años, en lo que, de alguna manera supone un cierto balance sobre mi trayectoria profesional y personal, a caballo entre Europa y América, así como también algo de presentación del nuevo camino vital y profesional que he decidido recorrer.
Pero en estas reflexiones desde la ciudad comprometida sobre todo encontrarás ese pequeño manual que me ha permitido llegar a donde estoy hoy en día, y sobre todo a ser quien hoy soy. En la esperanza de que también a ti te pueda ser útil.
Te regalo mi libro REFLEXIONES DESDE LA CIUDAD COMPROMETIDA en el siguiente enlace: