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Sentirte padre, madre, niño, abuelo o simplemente un paisano más
Ayer viví un día grande en Torre Pacheco (Región de Murcia, España) a cuentas de la presentación pública del AVANCE de su PLAN GENERAL (PGMO: Plan General Municipal de Ordenación) ¿Te gustaría saber por qué? Pero empecemos por el principio…
¿Imaginas lo que se siente al empezar un nuevo trabajo de planificación urbanística? Ubícate: se trata de un proceso en el que, casi de un día para otro, tienes que empezar a trazar el futuro en un lugar generalmente nuevo para ti, con el que apenas tienes vínculos y del que solo conoces algunos datos estadísticos. Yo creo que las palabras emoción e incertidumbre son las que mejor caracterizan esos primeros momentos en los que, como si se tratase de una cita a ciegas, empiezas a tomar contacto con ese barrio, con esa ciudad o con ese territorio en el que todas las caras son nuevas, y de cuyos hábitos sociales, costumbres y maneras apenas sabes nada. Tienes que empezar a interactuar desde el primer momento con unos actores sociales, políticos y administrativos hasta ahora desconocidos para tí. .
Comprenderás que en cada sitio las huellas de su pasado reciente y las esperanzas de un mejor futuro próximo siempre tienen características diferentes, por lo que se van a requerir soluciones siempre particulares e ideadas a medida… ¿Pero desde el primer día? Pues sí, desde ese mismo día, ya que no hay que demorar el irse ganando la confianza de todos aquellos que vayan a tener un papel relevante durante de formulación del Plan General, para que de una manera natural te reconozcan el rol que te ha sido asignado: dirigirlo técnicamente y ojalá también “ser influyente en la mente de las personas influyentes".
Como ningún lugar ni sus circunstancias son parecidas a ningunas otras anteriores en las que participaste, otro de los retos primeros consistirá en mimetizarte con el espíritu del lugar y de sus gentes, seguramente la mejor manera de que llegues a implicarte no solo profesionalmente sino también personalmente. Te garantizo que no es una pose el hecho de que siempre intento ponerme en la piel del lugareño y sentir como él, o como los miembros de la corporación municipal, y sentirme integrante de cada una de las asociaciones de vecinos o ponerme en la piel de cada uno de los emprendedores locales… Ser montaña en la montaña, ser empresario en esa ciudad, ser agricultor o ganadero en esa vega, o sentirte padre, madre, niño, abuelo o simplemente un paisano más, originario o recién llegado, de ese barrio, en esa ciudad o en ese lugar cuyas gentes han depositado sus esperanzas de soñar un mejor futuro en tus manos y en las de tu equipo de profesionales .
Pero, bueno, que me estoy extendiendo… Resulta que hace unos diez meses empezamos los trabajos del nuevo Plan General de TORRE PACHECO conversando con sus gentes e instituciones, para tomarles el pulso y comprender mejor su día día, de tal manera que poco después ya habíamos concluido un detallado diagnosis del municipio y empezaron a tomar forma el conjunto de objetivos, estrategias y líneas de actuación no sólo del nuevo Plan, sino en general de la Política urbanístico-territorial-ambiental de Torre Pacheco, y como consecuencia de todo ello, las propuestas urbanísticas empezaron a florecer. Esas líneas maestras a grandes rasgos serían:
- RENTABILIZAR LA POSICIÓN ESTRATÉGICA DE TORRE PACHECO EN EL CAMPO DE CARTAGENA.
- FOMENTAR LAS FUNCIONES SUPRAMUNICIPALES DE TORRE PACHECO.
- MEJORAR LA CALIDAD URBANA Y LA HABITABILIDAD DE LOS NÚCLEOS ACTUALES.
- POTENCIAR LA COMPETITIVIDAD DE LAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS Y SERVICIOS PÚBLICOS Y PRIVADOS EXISTENTES.
- PROTEGER Y MEJORAR EL PATRIMONIO CULTURAL URBANO Y RURAL Y FOMENTAR SU REHABILITACIÓN.
- CONSERVAR Y RENTABILIZAR LOS RECURSOS NATURALES Y AMBIENTALES EXISTENTES EN EL MUNICIPIO Y EN SU ENTORNO.
- SALVAGUARDAR LOS SUELOS AGRÍCOLAS
- INCORPORAR LOS OBJETIVOS Y ESTRATEGIAS DE LA AGENDA URBANA 2030.
Por eso te invito a que te descargues el documento sintético que hemos elaborado para la divulgación del Avance del PGMO (que estará expuesto al público hasta el 30 de octubre de 2022) https://drive.google.com/file/d/1BosIlCk2PsWO5OY7fTLQ92yfyW0sUmIO/view?usp=drivesdk Pero no quiero cerrar esta reflexión de hoy sin agradecer el importantísimo apoyo técnico y jurídico del equipo municipal (fundamentalmente Tere Talaya y Elsa Valcarce), del equipo de www.gr-arquitectos (fundamentalmente Juan Carlos García Portillo, Mónica Blazquez, Natalia Palomares, Alberto Guerra, Jose Antonio Fonta, Alejandro Rodrigo, Juan Francisco Gámez, Kika, Paloma Gª Portillo y Salhí) además de la gran confianza y apoyo de toda la corporación municipal y especialmente de su alcalde Antonio León y su concejal de Urbanismo Alberto Galindo.
LOS RETOS TERRITORIALES DEL PONIENTE ALMERIENSE
Existe un lugar en Andalucía denominado “El Poniente de Almería”, en clara alusión a su ubicación geográfica en las costas occidentales de esta provincia andaluza. Se trata de una inmensa llanura aluvial, muy tendida y suave, que se ha formado entre las montañas de las sierras costeras y el Mediterráneo y que, mirando hacia el Sur, recoge todas las horas de sol que uno pudiese imaginar…
En esta tierra, durante las últimas décadas se ha venido dando una especie de milagro económico como consecuencia de la implantación generalizada de la agricultura intensiva mediante invernaderos, hasta el punto de que en algo menos de 1.000 km2 se producen hortalizas para media Europa. Por tanto, aquellos eriales salpicados por pequeños pueblos de vocación pesquera unos y agrícolas otros ya se han transformado en una inmensa cobertura de plástico que llega desde las montañas hasta el mar, solo interrumpida por docena y media de poblaciones en las que viven por y para la agricultura algo más de 250.000 habitantes.
Y lo que pareciera a primera vista un mundo agrícola, poco especializado y precario, es en realidad un espacio altamente evolucionado como consecuencia de un complejo sistema de aprovechamiento de cada gota de agua, y que requiere de una sofisticada tecnología al servicio de cada invernadero. Como lo demuestra el hecho de que un porcentaje altísimo de los operarios son ingenieros agrícolas, químicos o economistas. O que requieren de todo un sistema de actividades complementarias a esta “agricultura industrial” (suministros, riegos, plásticos, estructuras, fertilizantes, plantas envasadoras y comercializadoras…).
Y como cabría esperar de un desarrollo tan acelerado e intensivo, este sorprendente territorio lleva tiempo trabajando en la resolución de sus principales conflictos:
- Para la gestión de los residuos agrícolas: ya que si bien se ha avanzado bastante en la recogida y tratamiento de los plásticos –seguramente por tratarse de una actividad algo lucrativa- sin embargo ocurre todo lo contrario con los restos orgánicos que genera la agricultura, por ejemplo.
- Para la convivencia de los diferentes usos urbanos (residenciales en las ciudades, turísticos en algunos enclaves litorales, industriales), ya que no hay solución de continuidad entre ciudades e invernaderos como consecuencia de una ocupación intensiva del territorio.
- O para la supervivencia de los parajes litorales del alto valor naturalístico que aún perviven (Punta Entinas y Sabinar, o la Albufera de Adra) que se encuentran literalmente encorsetados por las urbanizaciones, las infraestructuras o los invernaderos.
Pero también El Poniente Almeriense tiene por delante otros retos de los que yo quisiera destacar dos de ellos:
- Afrontar con decisión su reconversión tecnológica para de una parte liderar internacionalmente el desarrollo de la agricultura ecológica, y de otra para mejorar la organización interna de su suelo agrícola pseudoindustrializado, imprescindible para lograr mayor productividad y menores impactos ambientales.
- Incorporar las cuestiones paisajísticas a todas las cuestiones por decidir en el futuro, para ir transformando progresivamente un territorio de apariencia caótica y fuera de control, en un espacio dinámico, que convive con su referentes territoriales (la montaña y el mar), que dialoga con respeto con sus joyas naturalísticas, y en el que sus habitantes –como también los visitantes- alcancen las mayores cotas de calidad de vida.