Me encantan las cadenas de mensajes. Esas en las que a raíz de una primera reflexión se van sucediendo los comentarios de unos y otros, hilvanándose un discurso coral lleno de emociones… Y lo cuento porque de algo así ha sido testigo La Ciudad Comprometida en estos días.
Mirad, todo empezó con mi post “Es tiempo de actuar” en el que os contaba una serie de acciones esperanzadoras que en Europa y en España estaban surgiendo a cuenta de la reciente Cumbre del Clima. Y en eso que Ana, desde Hernani (País Vasco, España) me mandó un bellísimo mensaje:
“He vivido mucho, he sufrido, he reído, he gozado… Pero te puedo asegurar que lo único que nunca me ha defraudado es la naturaleza. Jamás. Es lo único que realmente me ha dado vida… si cada uno buscáramos dentro y profundizáramos nos daríamos cuenta de que es nuestra madre. Que venimos de ella. ¿Y qué hijo mata a su madre?”
Que a su vez dio lugar a un nuevo post que le tomó prestado el nombre y que a su vez, entre otras muchas, recibió las palabras sentidas que Gisela nos mandó desde Bogotá (Colombia):
“Podemos seguir excusándonos mientras acabamos los animales, los árboles, los ecosistemas..., irresponsables y soberbios. La codicia reina. Hoy más que nunca se requiere nuestro compromiso con él, de eso depende la vida de todos.
La contribución de los arquitectos y su cambio en el diseño de ciudades es esencial en esta era del Antropoceno.”
Gisela Paredes Leguizamón es catedrática en planeación urbano/regional en la universidad La Gran Colombia, y es una apasionada luchadora en defensa de La Amazonía, y con ella he tenido el honor de coincidir en diversos foros profesionales. Pues bien, Gisela me acaba de mandar una recientísima publicación de la que es autora (auspiciada por el gobierno de su país), a la que podéis acceder pinchando en la imagen, en la que traza el camino para que las políticas territoriales sean sostenibles en este delicado espacio:
“Nos proponemos destacar los retos y oportunidades ambientales más significativos para el desarrollo territorial de la amazonia, que consideramos tienen que ver con cinco aspectos principales:
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- el control a la deforestación;
- la consolidación de una economía forestal;
- el cumplimiento de la Sentencia 4360 de 2018 que reconoció a la amazonia como sujeto de derechos;
- la contribución a la protección de los derechos de las comunidades étnicas
- y el cumplimiento de los compromisos del acuerdo de paz.”
Se trata de una bella y pedagógica publicación con la que se quiere ilustrar a todos los actores políticos, institucionales y sociales de Colombia implicados en La Amazonía “para fortalecer los procesos de formulación de los planes de desarrollo, con la certeza de que estos planes constituyen la carta de navegación de los territorios en un momento histórico para la región y el país, pero reconociendo igualmente los grandes desafíos que afrontamos para la construcción conjunta de una amazonia sostenible.”
Así pues, como veis, unas reflexiones llevaron a otras, y finalmente nos trajeron a esta iniciativa tan comprometida con la sostenibilidad La Amazonía colombiana, en todas sus dimensiones, cuya lectura no os defraudará. Y a mí me ha parecido hermoso compartirlo con vosotros…
¡A ver si cunde el ejemplo!