Es inevitable que cuando fallece una persona con gran carisma y notoriedad, unos y otros, además de los medios de comunicación, escriban reseñas con tintes de homenaje para evocar lo mejor de su aportación o de su obra. Por eso en estos mismos días, como consecuencia del fallecimiento del arquitecto RICHARD ROGERS, se nos han recordado algunas de las tremendas aportaciones que durante su prolífica actividad profesional pudo dejarnos a la sociedad actual.
Yo os recomendaría especialmente dos de ellas: La primera, la sentida y cercana tristeza con la que sus socios y el personal de su estudio nos acercan al compañero y al ciudadano:
- …hombre de inmenso empuje y carisma, fue un hombre de civismo e integridad, dedicado al arte y la ciencia de la arquitectura, del urbanismo, de la vida de la ciudad, del compromiso político y del cambio social positivo… https://www.linkedin.com/posts/rogers-stirk-harbour---partners_richardrogers-rshp-activity-6878257844114739200-G68k
Y la segunda, el artículo publicado en el periódico El País, cuyo simple título es ya un maravilloso homenaje que a Sir Richard Rogers se habría encantado leer: “el arquitecto que nos enseñó a vivir”… porque más allá de su arquitectura particular tan reconocible que le hizo merecedor del afamado Premio Pritzker, nos acerca a su faceta como ciudadano comprometido: https://elpais.com/cultura/2021-12-19/richard-rogers-el-arquitecto-que-nos-enseno-a-vivir.html En este artículo se incluye además un enlace para visualizar los 10 edificios más notables del arquitecto: https://elpais.com/elpais/2021/12/19/album/1639908899_630840.html#?rel=mas_sumario#&rel=mas_sumario
Yo también quisiera sumarme a ese homenaje compartiéndoos mi testimonio personal, ya que tuve la oportunidad de conocerlo allá por 2006 cuando vino a Granada… porque creo que nunca había contado las circunstancias en las que aquello se produjo.
Por esos años había realizado para los municipios de Gójar y Dílar, colindantes entre sí, sus correspondientes PGOUs (planes generales de ordenación urbanística) por lo que me encomendaron dar desarrollar y dar viabilidad a una macrourbanización de altos vuelos que una empresa foránea quería implantar en el Cortijo de Macairena, una gran finca ubicada a caballo entre ambos municipios, lo que iba a requerir de un Plan de Ordenación Intermunicipal, algo bastante novedoso ya que no había experiencias recientes en Andalucía.
Como se trataba de un trabajo complejísimo aquella empresa promotora había contratado al equipo de Richard Rogers para darle realce a su iniciativa mediante la realización de un primer Master Plan, por lo que tuve que coordinarme con ellos y juntos vivimos todo el proceso de toma de decisiones y de diseño de aquella nueva urbanización, desde postulados bastante innovadores que años después se han ido generalizando (equipamientos de proximidad, la ciudad de los 15', movilidad sostenible y prioridad para los recorridos peatonales...) con unos resultados bastante gratificantes. De ahí que cuando los trabajos estaban muy avanzados el promotor consiguió que viniese personalmente a Granada para presentarlos, con toda solemnidad, en uno de los hoteles principales de la ciudad.
¿Qué cómo acabó todo aquello? Bueno, solo os diré que, como las cabras tiran al monte, alguien pensó que sus intereses económicos estaban muy por encima de los intereses municipales y de la lógica de las cosas y me presionó excesivamente pidiéndome cosas que... pero pinchó en hueso.
Cómo olvidar que cuando informé de ello a ambos alcaldes no me sentí respaldado en absoluto (Ainsssss) y me pareció que lo más decoroso era renunciar a aquel (gran) encargo… En fin… cosas de la vida. Un sacrificio difícil y muy doloroso, desde luego, pero nunca me he arrepentido de aquel gesto que me pareció y me sigue pareciendo muy necesario.
Por eso esta mañana quise releer uno de sus libros más apreciados por mí: Ciudades para un pequeño planeta y con ello dar mi humilde homenaje, lleno de agradecimiento, al ilustre maestro el arquitecto y urbanista RICHARD ROGERS.