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La España APRETUJADA y la España VACIA, dos caras de la misma moneda
“La España apretujada”, curiosa manera de denominar a las grandes metrópolis españolas cuyo tamaño es descomunal y en las que aun así pareciera que su voracidad por seguir creciendo no tuviese hartura. Son indudables los beneficios que supone vivir en Madrid o Barcelona, por ejemplo, pero a ellos también hay que sumar otros perjuicios nada desdeñables: tráfico, contaminación, grandes desplazamientos, altísima densidad, carestía de vida…
Paralelamente, nos encontramos con “La España vaciada” como consecuencia de ese éxodo sin fin desde los pueblos y pequeñas ciudades hacia las grandes urbes.
“¿Es posible que haya un tamaño óptimo de ciudad, donde se equilibren los beneficios y los perjuicios?”
Esa es la pregunta en torno a la que gira la interesantísima entrevista que me acaba de hacer la periodista Pilar Cisneros, bajo la mirada atenta de Lorenzo Silva en el programa radiofónico LA TARDE de COPE, cuyo extracto te comparto.
Historias de la España Vacia (8): El caso de FRAILES (Jaén)
La historia de los pueblos y de las ciudades podría escribirse de muchas maneras, pero a mí gusta especialmente cuando es contada a través de esos logros sucesivos que tan trabajosamente fueron labrando sus gentes para mejorar su calidad de vida y soñar una mayor prosperidad. Gracias, casi siempre, al sentido práctico de sus alcaldes, que supieron elegir en cada momento cual debiera ser el reto colectivo que correspondía.
Por eso, cuando hoy me disponía a hablaros de Frailes (Jaén, Andalucía, España), un lugar con el que mi vida y la de mi equipo de profesionales ha estado entrelazada durante la última década, me ha llamado la atención que en la web municipal hay un apartado, lleno de agradecimiento colectivo, en el que de la manera más natural se van destacando algunos de los hitos locales más relevantes de los últimos 150 años como, por ejemplo:
- 1872: Cuando llega al Ayuntamiento el frailero David Garrido Serrano las infraestructuras fueron tema prioritario. Los puentes, que jalonaban Frailes toman prioridad al encontrarse en un estado deplorable, se piensa en construirlos de piedra: este es el caso del Puente de la Presilla.
- A principios del siglo XX, Indalecio Bolívar Serrano realiza numerosas infraestructuras: el matadero, el lavadero público y la conducción desde la fuente del Nacimiento hasta las plazas de la Villa.
- A Eliezer González le tocó lidiar con la dura crisis económica de 1929, y el gravísimo problema del paro obrero lo solucionó planteando nuevas obras públicas, entre ellas la ampliación del cementerio.
- O Antonio Gago Mudarra, que poco después prioriza la construcción del camino Valdepeñas de Jaén-Frailes, para abrir la villa con otros pueblos de la Sierra y con Jaén.
En definitiva, grandes hombres y mujeres que desde su sencillez supieron ir sumando y sumando en beneficio de una mayor prosperidad de sus gentes.
Por eso yo, que he sido testigo de excepción de la vida local de Frailes durante los últimos años quisiera proponer un último logro colectivo que sin duda alguna le traerá armonía y desarrollo local, ya que el pasado jueves 11 de febrero, tras años de esfuerzo continuado, ha sido aprobado el Plan General de Ordenación Urbana de Frailes. El único instrumento de este tipo que se ha aprobado en la provincia de Jaén en mucho tiempo (junto con el de Torredelcampo que por cierto también lo ha redactado mi equipo de www.gr-arquitectos.com) y de los contados casos que se han aprobado en toda Andalucía.
Un arduo trabajo lleno de institucionalidad como lo demuestra el hecho de que fue iniciado al final de la alcaldía de Antonio Manuel Cano García, fue impulsado a continuación por su sucesor José Manuel Garrido Romero, y cuya consecución final ha sido obra del buen hacer de la alcaldesa actual Encarni Castro Cano a quien felicito efusivamente (y agradecer también la profesionalidad de la secretaria general Antonia Peinado y del técnico municipal José Manuel Romero).
En fin, que como alguna vez os he escrito desde estas páginas, las cosas importantes, las que de verdad importan, en general no han tenido un padre sino mil… https://laciudadcomprometida.eu/component/k2/275-no-han-tenido-un-padre-sino-mil
Historias de la España vacia (7): El caso de ALQUIFE (Granada)
A puntito de cumplir las dos primeras semanas del encierro casero del coronavirus, y sin visos de que esto vaya a terminar pronto… el caso es que llevo varios días pensando en otro encierro que ya va durando casi 25 años: el que sufren Alquife (Andalucía, España) y de sus gentes… Porque ellos sí que están enclaustrados en la burbuja del tiempo desde que en 1996 Las Minas del Marquesado (o “de Alquife”) cerraron su actividad.
Así que no solo este pueblo, sino todos los de alrededor (Lanteira, La Calahorra, Aldeire, Ferreira, Jeres del Marquesado, Charches o Albuñan) perdieron con el cierre de las minas la fuente principal de ingresos que desde hacía más de un siglo les había dado sustento, sufriendo desde entonces una larga agonía, que los va desangrando de gente y sobre todo de jóvenes…
Mi vinculación con Alquife tiene múltiples flecos: profesionales, afectivos o personales. Así, cómo olvidar que el primer plan urbanístico que dirigí fue en este municipio y recuerdo con muchísimo afecto al secretario del ayuntamiento (José Luis Larrea) de quien tanto aprendí y al que fue su alcalde, mi amigo Jesús Valenzuela, tan querido por todos.
Debéis saber que la vocación minera de Alquife y sus alrededores se remonta a los poblados íberos (y posteriormente romanos) que explotaron algunos de los afloramientos de hierro, tan frecuentes por estos lares (uno de cuyos ejemplos lo tenemos junto a Ferreira, en el Cerro del Cardal). Una actividad que de una u otra manera ha tenido continuidad de manera artesanal hasta finales del siglo XIX, cuando ya resurge con fuerza de la mano de la minería moderna (con las técnicas y maquinarias precisas) y con el apoyo del capital extranjero, lo que le supuso todo un siglo dorado de actividad, que repercutió decisivamente en el desarrollo socioeconómico de los pueblos del Marquesado del Zenete y de Guadix.
Como vestigios de esta actividad frenética durante el pasado siglo nos quedaron la gran corta a cielo abierto que hoy caracteriza al paisaje de la llanura del Zenete, y el recuerdo de un urbanismo minero (el poblado) al que le acompañan numerosas edificaciones e instalaciones industriales de gran singularidad. Además, claro está, del ferrocarril minero hasta el puerto de Almería y su característico y espectacular “Cargadero de Mineral”, uno de los símbolos de esa ciudad.
Sin embargo, a partir de 1970 la minería en Alquife empieza a experimentar una gran crisis por el aumento de los costes de explotación (con el mineral cada vez más profundo) y por la coyuntura internacional (competencia con otras minas, limitaciones europeas a la siderurgia nacional, o tipos de cambio desfavorables entre la peseta y el dólar) a la que ni siquiera el proteccionismo estatal hacia el sector pudo garantizarle su viabilidad, por lo que las minas acabaron cerrando en 1997, quedando sumidas desde entonces en un profundo estado de abandono. Y en ese contexto, es en el que la Junta de Andalucía decidió en 2010 su declaración como BIC (Bien de Interés Cultural) en la categoría de Lugar de Interés Industrial (Decreto 333/2010).
Esta declaración viene a suponer “el reconocimiento patrimonial de este conjunto minero que supone la puesta en valor de una parte fundamental de la historia y del legado minero-industrial andaluz desde su origen hasta nuestros días” incluyendo un variado patrimonio inmueble y mueble del siglo XX, así como otros elementos asociados como las centrales hidroeléctricas de Jerez del Marquesado. Pero también el reconocimiento de que la minería en esta tierra, junto con la agricultura de regadío, han ayudado a configurar las relaciones del hombre con su medio hasta generar la identidad territorial de este espacio.
Y mientras que os escribo se me agolpan los recuerdos y las vivencias de tantas y tantas personas que allí vivieron con quienes la vida me ha ido entrelazando… Cómo olvidar, por ejemo, a mi buen amigo Natalio, que fue mecánico en las minas, y los chascarrillos que me contaba de cuando cada mañana iba desde Aldeire a trabajar. Y la gran amistad que tenía con el que fue párroco por los años sesenta en aquellos pueblos, José Luis de los Reyes (mi querido tío Pepeluís) y las anécdotas que recogió en su libro “Andanzas de un cura rural” -aprovecho para mandar un sentido abrazo a mi tá Encarnita-. O todo lo que oí narrar sobre el Tío Solano (Antonio) que regentaba un estanco y una taberna junto a las minas, en El Ventorro, donde paraba La Autedia. Se llevaba bien con todos los trabajadores de la mina y con sus jefes, especialmente con D. Eloy -aprovecho para mandar un abrazo a María, su mujer, y a su sobrina Elena-.
Pero de aquel Alquife de 2600 habitantes hoy a duras penas quedan 600, y mira que lucha el valiente y voluntarioso Benito, su alcalde. Empecinado en favorecer la reapertura de las minas.
Por eso fue un alivio que en la propia declaración del BIC se reconociese que si en el futuro la explotación minera fuera contradictoria con la protección patrimonial, prevalecería la actividad minera, algo excepcional en un BIC:
“… A efectos de mantener viva la actividad extractivo-mineral del conjunto minero, dicha actividad minera será prioritaria respecto de la modificación o desaparición de los bienes inscritos en el presente Decreto, así como sobre los nuevos o diferentes productos patrimoniales que pueden ser incorporados al legado histórico…”
Muchos años después he vuelto a tener el honor de dirigir un nuevo PGOU para el ayuntamiento de Alquife, uno de cuyos cometidos está siendo ayudar a la viabilidad de la reapertura de las minas, gracias al impulso de la compañía propietaria (“Minas de Alquife, S.L.U.”), y al respecto se están dando pasos muy importantes:
- Con la conclusión de un Plan Especial que engloba a todos los municipios afectados, para regular y ordenar las actuaciones necesarias para volver a poner en funcionamiento la explotación minera, coordinando los aspectos urbanísticos, ambientales, culturales, de infraestructuras o logísticas.
- El “Proyecto de desmantelamiento de instalaciones mineras obsoletas en las Minas de Alquife (Granada)” ya autorizado por la JA para la demolición de aquellas instalaciones que se ha considerado incompatibles con la explotación minera.
- A través del PGOU, la regulación urbanística exhaustiva de todo el municipio y específicamente del ámbito territorial incluido en el BIC.
- Y con la Catalogación individualizada y detallada de todos los bienes culturales que no han sido desmantelados y que por tanto deben ser preservados y rehabilitados.
Así que, aunque pareciera que el camino no tiene fin… Alquife y sus gentes llevan años soñando un nuevo futuro cada vez más cercano. Por eso quiero imaginarme la alegría de los alquifeños cuando llegue ese día y en las fiestas de San Hermenegildo, su patrón, le den fuego al Palo, henchido de pólvora, para que reviente el pueblo de alegría…
¡Ojalá sea prontito!
Historias de la España vacia (6): El caso de CASTRIL (Granada)
Las buenas gentes de Castril de la Peña (Provincia de Granada, Andalucía, España) son muy correosas y duras de pelar… ¡Vamos, que no se vienen abajo, así como así! Porque salvo que la vida y la naturaleza les regalaron un lugar maravilloso en el que vivir, respecto del resto… ¡Uf! El resto lo tienen muy trabajoso y dificil. Bueno, en realidad tanto como la mayor parte de los pueblos en los que se dan todas esos “defectos” incompatibles con lo que la sociedad actual malentiende como modernidad:
Eso de ser pueblos serranos de reducido tamaño; alejados de las grandes vías de comunicación y del mundanal ruido (esto es: de las grandes ciudades); y en los que el tiempo fluye lento como el agua del río en uno de sus recodos, el aire huele a pan recién horneado, a tomillo y a romero, en el cielo bailan con parsimonia sus otros habitantes leonados, y donde tus paisanos saben de ti y tú de ellos…
Pero dejando de lado las ironías, pues claro que los castrileños viven en primera persona el “síndrome de la España vaciada”, porque siendo un municipio pequeño (apenas 2500 habitantes) se las ven y se las desean para prestar unos servicios básicos de calidad, ya que Castril es también Fátima, Almontaras, Fuente Vera, Cebas, Isidoros, Cortijillos… y así hasta diez pequeños pueblos. Y porque es tanto lo bueno que atesoran (excepcional diría yo), que tienen que ser cuidadores de su exquisita naturaleza (Parque Natural de la sierra de Castril); veladores de las límpidas aguas de su río (ya que se las rifan los cultivos bajo plástico de otras provincias); y amantes de su bello patrimonio (porque Castril y sus ruedos están declarados B.I.C. Conjunto Histórico) …
Y entre medias de todo eso… hay que tirar para adelante: bastantes agricultores, muchos pastores, algún que otro apicultor, un puñado de funcionarios, guardas forestales, muchos jubilados y también temporeros, gentes de oficios diversos y, desde no hace tanto, también hosteleros… Aunque en realidad casi todos sus habitantes viven un poco de todas esas cosas. Porque la vida en los pueblos de la montaña suele ser la suma de muchas pequeñas cosas.
Ya visteis por tanto porqué os decía que los castrileños son correosos, ya que de ser de otra pasta se habrían abandonado, dejándose llevar por ese desarrollismo que banaliza a tantos otros pueblos. Ese que tira por la borda sus tradiciones, su cultura, su memoria colectiva, su autenticidad y la pureza de sus montañas y valles… Pero aquí no. ¡Que no, que no!. Y os lo cuento porque los conozco bien.
Mirad, hoy mismo he pasado varias horas con su alcalde Miguel, dos jóvenes concejalas (María e Irene) y dos de sus más cualificados funcionarios (Juan y Fernando), retomando los trabajos para culminar una valiente planificación de su territorio municipal que está basada, sin dobleces ni excusas, en mimar todos esos valores que atesoran, porque sin ellos ya no sabrían ser como son... Aunque también, por supuesto, como fuente de vida y de prosperidad.
Y para mí constituye algo muy valioso ese compromiso de todo un pueblo para salir adelante. No a toda costa sino mimando lo que les regalaron su naturaleza, su historia y sus tradiciones. Y por eso están empeñados en trazar un Plan de futuro que garantice que sus gentes puedan vivir con prosperidad, pero en armonía con la mejor salud de su Parque Natural y del rico legado del patrimonio cultural y paisajístico de su Conjunto Histórico.
Y saben que más pronto que tarde llegarán los reconocimientos de las asociaciones e instituciones más exigentes como reserva Starlight, calificación como Cities Slow o su inclusión en el selecto club de los Pueblos más Bonitos de España.
Pero entre tanto, la vida sigue y Miguel, su alcalde, se multiplica ideando cosas. Una de ellas es organizar un Trail que una el pueblo con Cazorla, siguiendo la ruta que recorrieron los Reyes Católicos en 1489 en su camino hacia la conquista de Baza. Y también me habló con gran preocupación por la posible implantación de macrogranjas de cerdos en los municipios colindantes, una seria amenaza que podría alterar irreversiblemente la ecología de la comarca… En fin, que ¡Por si éramos pocos… parió la abuela!
Pero no olvidéis lo más importante: que os recomiendo que visitéis pronto este bello lugar…
Historias de la España vacia (4): El caso de PÓRTUGOS (Granada)
“En mi pueblo todo es tan maravilloso… que también todo está protegido…”
Así de elocuente se expresaba Javi Vazquez, el alcalde de Pórtugos. Un pequeño municipio rural, localizado en pleno corazón de la Alpujarra granadina (Andalucía, España). A 1.300 metros de altitud y mirando hacia el Mediterráneo.
La Alpujarra es una de las comarcas serranas más reconocidas internacionalmente y podría describírtela hablándote de su abrupta orografía, en la ladera sur de Sierra Nevada; de la delicadeza con la que sus gentes miman los recursos que les brinda la naturaleza; o de la inteligencia con la que han sabido vivir en un medio físico tan hostil. Prueba de ello son su ancestral sistema de acequias que alimentan los cultivos agrícolas que aterrazan a las montañas, o la arquitectura de sus pueblos escalonados, que sobresalen paisajísticamente por su inmaculado aspecto compacto.
Y es que Pórtugos es un magnífico exponente de todos los valores culturales y naturales que justificaron la declaración de los Parques Nacional y Natural de Sierra Nevada, o del B.I.C. Sitio Histórico de La Alpujarra Media Granadina y La Tahá, el espacio cultural protegido más extenso de toda Europa.
Pero, aunque el pueblo es bello y su aire huele a miles de esencias naturales, sin embargo, la vida no es nada sencilla para los 389 habitantes de este pequeño municipio rural de alta montaña, ya que, como tantos otros, está inmerso un dramático proceso de envejecimiento y de despoblamiento rural.
“Cuanta menos población, más difícil es mantener los servicios actuales…”
Es verdad que desde hace años la actividad agraria tradicional se va complementando con los secaderos de jamones y con el turismo rural, que le permite contar con numerosos visitantes, especialmente durante los fines de semana. Pero el alcalde enseguida puntualiza:
“Aunque hay varios secaderos de jamones, sin embargo, muchos de los que allí trabajan vienen cada día y se vuelven a ir. Y de la agricultura vive todo el mundo menos el agricultor…”
Y con respecto al turismo rural, se queja de que ni este ni otros pueblos cercanos lo tienen nada fácil para encontrar un razonable equilibrio entre normas de protección y también algo de flexibilidad, para poder hacer más sencilla la vida a los lugareños.
Porque llegados a este punto, debéis saber también que las gentes sabias de este minúsculo municipio de las montañas andaluzas saben perfectamente que no es posible trazar un futuro halagüeño sin apoyarse precisamente en sus grandes valores y atractivos naturales y culturales… y en la búsqueda de ese difícil equilibrio, a mí me maravilla el tesón y el afán con el que están impulsando un PGOU (Plan General de Ordenación Urbanística) que yo calificaría de modélico. Un instrumento para pensar el futuro con el que me encuentro plenamente identificado por su rigor y su valentía. Y también un instrumento de gestión que, una vez concluido, va a simplificarles todos los trámites y autorizaciones, que ya no pasarán por tantos organismos.
Pero no solo eso, sino que están impulsando otras iniciativas preciosas. Y, por ejemplo, yo voy a destacar, para contaros, un precioso proyecto para mejorar el uso público de uno de sus grandes atractivos naturales y turísticos: el paraje de Fuente Agria y el Chorreón: una surgencia natural de agua ferruginosa y mineromedicinal que data de tiempos inmemoriales, ubicada a las afueras del pueblo. Un singular punto de encuentro para el ocio y las tradiciones.
Recientemente hemos podido concluir este proyecto, del que estamos muy orgullosos, a través del cual:
- se cataloga y protege este patrimonio natural y etnográfico.
- se resuelve la accesibilidad peatonal desde Pórtugos y se ordena el lugar.
- se mejoran los servicios y dotaciones para potenciar el turismo y las actividades de ocio-recreativas.
- y se pone en valor el paisaje y los valores ambientales de Fuente Agria y el Chorreón, y de su entorno.
Por eso quería contaros estas cosas… porque es necesario que se sepa el rigor y la sensatez con la que trabajan en muchos pueblitos, como en este caso Pórtugos, para dibujar un futuro mejor para sus gentes… aunque el viento no lo suelan tener a su favor.
Ya que, como poco, debemos felicitarles y estarles muy agradecidos por su ejemplo.
Historias de la España vacia (3): El caso de ALMEGÍJAR (Granada)
Vista aérea Almegíjar
Hoy me toca acercaros a La Alpujarra, esa comarca maravillosa que se encuentra ubicada entre la sierra y el mar, entre la vega y el cielo. Al sur de Sierra Nevada, y a caballo entre las provincias de Granada y Almería, en Andalucía (España).
Pero en esta ocasión, me vais a permitir que me refiera concretamente a uno de sus municipios más desconocidos, Almegíjar. Ubicado en la margen derecha del río Guadalfeo, a 100 km. de Granada. Un lugar que, sin embargo, siendo bellísimo, vive ajeno a los ajetreos que trae el turismo en los pueblos más conocidos de esta comarca. Y es tan pequeño, además, que sus apenas 346 habitantes se distribuyen en dos pueblitos minúsculos: Almegíjar y Notáez.
Dice mi paisano Roberto Balboa, que Almegíjar es “tierra de lagartos”, al igual que me recuerda que en el Guadix de mi niñez vivió un médico que de ahí era: D. Francisco Ruiz Sáez, y también doña María Sáez, maestra en las Escuelas de Santa Ana, esposa de D. Antonio Martínez… mi profesor de Geografía… Eran todos gentes muy humanas, apreciadas y respetadas… sabias como los hombre y mujeres de La Alpujarra… Mirad, hace poco me contaba un amigo que al saludar a D. Antonio le confesó que en todos sus exámenes los alumnos copiaban, a lo que el sabio profesor le espetó que era muy consciente de ello, pero que lo admitía porque ”lo que un alumno aprende mientras copia, ya no lo olvida jamás…” ¡Jajajaj!
Pero me estoy diluyendo… así que volvamos al asunto que hoy nos trae: ¿Qué pueden hacer desde aquí, sus gentes, para hacer frente al, parecer, imparable decaimiento de las pequeñas poblaciones del interior a favor de las grandes ciudades próximas (Granada y Almería) y del litoral? En un proceso de abandono de la población y de las actividades que es mucho más virulento cuantos menos habitantes tiene el pueblo y cuanto mayor es su aislamiento territorial.
En un panorama desolador que se podría sintetizar en:
- Pérdida de la población y envejecimiento de la misma.
- Abandono de las labores agrícolas tradicionales, con la consiguiente pérdida de producción y suelos fértiles.
- Deterioro e incluso pérdida del patrimonio edificado.
- Dificultad para la prestación de los servicios públicos.
- Escasos o inexistentes servicios privados.
- Bajo nivel de renta de la población que permanece.
Pues yo os podría hablar de su alcalde, Paco Hidalgo, un hombre hecho a sí mismo, curtido por la lucha de cada día, y con las ideas muy claras. Que lleva intentando a través de una gestión minuciosa y valiente minorar el rigor del proceso de despoblamiento e situar a su municipio en una dinámica favorable que aproveche sus muchas ventajas territoriales: vivir en un entorno bello, puro, auténtico y lleno de sensaciones…
Porque, veamos, yo destacaría de Almegíjar:
- su localización estratégica a medio camino entre los dos grandes atractivos turísticos de Granada y la costa,
- su ubicación en el corazón del BIC del Sitio Histórico de La Alpujarra y La Tahá,
- y la belleza de su arquitectura popular, de su paisaje y de sus tradiciones.
Y os puedo decir que, a pesar de tratarse de un ayuntamiento apenas dotado de recursos, están luchando sin descanso para superar el absurdo entramado burocrático y legislativo que hace que la elaboración de su plan general de ordenación (PGOU) se convierta en una labor casi imposible… Y por eso estamos trabajando con Paco para ayudarles a rediseñar el futuro de su municipio a partir de los siguientes los objetivos inspiradores:
- a) Nuevas oportunidades de empleo basadas en un turismo sostenible y una producción agrícola tradicional y rentable.
- b) Fomento de iniciativas empresariales capaces de frenar la actual decadencia demográfica.
- c) Corregir el desequilibrio actual de equipamientos.
- d) Conservación de los valores naturales, culturales y paisajísticos existentes.
- e) Y propiciar una gestión sostenible de sus singularidades para incrementar la oferta turística del municipio.
Y por eso os invito a que visitéis este hermoso lugar, que recorráis la “Acequia de Almegíjar” que riega los bancales que circundan Almegíjar y Notáez. Que soñéis tiempos pasados en los enclaves históricos de “la Mezquita” o “los Baños de Panjuila”. Que recorráis sin prisa las “escarihuelas” que conectaban con otros pueblos cercanos. O las antiguas “Minas del Conjuro”…
Y si tenéis la fortuna de estar por allí a fines de agosto o primeros de septiembre, poder degustar algo tan sublime como la fritailla que Paco, el alcalde, prepara todos los años para sus amigos y allegados…
¡Muy buenas gentes estas gentes de Almegijar!
HISTORIAS DE LA ESPAÑA VACIA (2): El caso de SANTA ELENA (Jaén)
Hoy quiero acercaros a Santa Elena, un pequeño municipio jiennense de apenas 1000 habitantes, ubicado entre las montañas, y a sus esfuerzos por dar prosperidad a sus gentes… Veréis:
Sierra Morena es una barrera montañosa de varios centenares de kilómetros que separa el Norte del Sur de España… A la Meseta castellana de Andalucía. Y entre toda esa longitud de montañas existe un desfiladero natural llamado Despeñaperros que constituye un paso obligado por lo que a este lugar se le suele denominar como “La Puerta de Andalucía” ya que hoy, como entonces, por aquí discurre la principal Autovía del Sur.
Así que muchos y grandes acontecimientos históricos se han producido en este lugar, aunque seguramente el más sorprendente haya sido la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) en la que el rey Alfonso VIII venció a los Almohades, cambiando el signo de la historia y suponer el inicio del retroceso de los reinos hispanomusulmanes.
Y es que fue en honor de aquella batalla, precisamente, por lo que se erigió una ermita a la emperatriz Santa Elena… que a la postre vino a dar nombre a este lugar y al nuevo poblado que siglos después fue erigido aquí durante el reinado del rey Carlos III. Y es que este rey ilustrado impulsó un plan para fundar Nuevas Poblaciones (1767) para colonos agricultores de centroeuropa, franceses, alemanes y flamencos, con la intención de establecer población y generar riqueza en los despoblados parajes de Sierra Morena.
Así que yo creo que ya tenemos todos los ingredientes que nos ayudan a caracterizar a la Santa Elena actual:
- Al contrario que la mayoría de la provincia, su economía no se centra en la agricultura ni en el monocultivo del olivar, ya que apenas un 1% de sus tierras están dedicadas a cultivos.
- Casi todo su término municipal es monte, por lo que predominan las actividades forestales y ganaderas.
- La “nueva población” que proyectó Carlos III está declarada BIC, Conjunto Histórico, y las montañas de su entorno están incluidas en su mayoría en Espacios Naturales Protegidos.
- Y debido al intenso tráfico soportado en la zona, con la travesía de la Autovía de Andalucía, la oferta hostelera y el desarrollo del turismo se han acrecentado hasta adquirir cierta importancia en la economía de la zona.
Y en este contexto, les hemos ayudado a presentar su mejor cara para construir su futuro, trazando un Plan General de Ordenación Urbana que ha mimado su patrimonio cultural y natural, y que también busca optimizar su posición estratégica junto a la Autovía de Andalucía a fin de posibilitar la implantación de actividades que puedan dar empleo a sus gentes.
Solo me cabe felicitar a su alcalde, Juan Caminero, y a todo el equipo municipal, por el rigor con el que han colaborado con GR arquitectos y por su apuesta decidida por políticas que mimen sus recursos culturales, ambientales y turísticos. Así que ojalá que el PGOU que les hemos ayudado a diseñar constituya una herramienta útil para generar prosperidad y calidad de vida para sus vecinos actuales, para sus hijos, y para los hijos de sus hijos…