En mi anterior post os hice una propuesta, con tintes de promesa, y aquí me tenéis: empezando a mostrar, o más bien a lucir, únicamente noticias ejemplares. Iniciativas estupendas. Esas de las que enorgullecernos. Que hay muchas. Desde luego muchas más de las que se difunden. Para intentar que dejemos de lado, de una vez por todas, tanta mugre, tanta pena y tanto navajeo.
Y quiero que la primera felicitación va a ser para mi ciudad, Guadix (Granada. Andalucía. España). Un lugar maravilloso que quiere darle la vuelta a su historia más reciente para recuperar la senda de la prosperidad, que tanta faltica les hace a sus gentes. Y lo ha hecho aprobando por unanimidad el llamado comúnmente PLAN ESPECIAL DE PROTECCIÓN DEL CASCO ANTIGUO, su bellísimo Conjunto Histórico, que constituye un paso esencial para poder afrontar con rigor y con esperanza su rehabilitación y mejora urbana.
Hace un tiempo os escribí al respecto que Guadix había podido encontrar la solución gracias a la conjunción de una serie de factores, todos ellos imprescindibles:
“Unos munícipes absolutamente volcados con esta tarea colectiva llevada a cabo sin distinción de colores; excelentes dosis de concertación con todas las administraciones sectoriales; la implicación sin reservas de los servicios técnicos municipales; y el grito sordo, ronco y unánime de la ciudadanía, que no entendía tanta dilación ni tanto abandono…”
Y también os contaba que el pegamento de todos esos factores había sido, o al menos me lo parecía a mí, “el afán del urbanista por llevar a cabo un urbanismo pedagógico y participativo para que todos los actores comprendiesen el plan, entendiesen la trascendencia de lo que se estaba haciendo, y lo enriquecieran con sus propuestas. Armonizando con cordura conocimientos, pedagogía y determinación.”
https://laciudadcomprometida.eu/la-hora-de-guadix/286-la-hora-de-guadix-una-partitura-coral-sonada-tenida-y-sentida
Así que no solo Guadix se ha dotado de un ambicioso y atractivo plan que ejemplar es sus contenidos y propuestas (como lo demuestra el hecho de que son numerosas las ciudades históricas que ya se miran en él); sino que su corporación municipal, en el último acto que le correspondía, quiso rematar años de trabajo compartido, de colaboración, de concertación y de consenso político, aprobándolo por unanimidad, dando así una verdadera lección de responsabilidad y altura de miras en la que tantas administraciones y tantísimos políticos deberían mirarse. Sin duda, la mejor manera posible para que los ciudadanos recuperemos la confianza en nuestros representantes.
Por eso, ¡Felicidades Guadix! Y gracias por haberme permitido vivir, durante estos años de trabajo intenso, experiencias apasionantes.
(¡Ah! mi agradecimiento al maravilloso fotógrafo TORCUATO FANDILA por cederme para la portada una imágen tan especial)