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"Un molino como una casa…"
Hoy recibo una bonita alegría, precisamente mientras troto al amanecer por las laderas del Valle del río Darro (Dehesa del Generalife, Granada. España): Resulta que esta mañana ha salido publicado en la prensa local una crónica sobre el Molino de San Antonio que está ubicado en Ferreira, un bello y sereno rincón ubicado en las entrañas de Sierra Nevada, por las tierras de Guadix. Mi molino.
En realidad, esa visita de los periodistas Sandra García y Torcuato Fandila se produjo hace ya bastantes semanas, pero su bonita crónica ha llegado hoy y he pensado compartírtela, para cambiar del tema que durante las últimas semanas ha invadido todo: Los menos, aunque también los/las más vocingleros/as, contaminando todo con sus exabruptos exagerados, falsos, gratuitos o innecesarios… ¡Hummmm! Pareciera que muchos de los que se postulan para gobernarnos están convencidos de que como somos unos borregos, esa es la mejor manera de captar nuestra atención y sobre todo nuestro voto... ¡Para reflexionar!
Pero ya me estoy yendo por las ramas, ya que la noticia que hoy quiero compartirte tiene que ver con ese honor tan grande que "mi segunda casa" y yo hemos recibido… Además, Sandra (la periodista) me acaba de escribir el siguiente mensaje:
- “Es la casa más bonita de todas las que he visto en la comarca…”
Por eso esta rehabilitacoión seguramente sea mi mejor proyecto, o al menos el más entrañable… porque tiene muchísimo que ver con el respeto. Respeto al lugar, a sus gentes y a su cultura.
Así que permíteme que te comparta tanto el enlace de la crónica como otras foticos del Molino…
Gracias de corazón Torcuato Fandila y Sandra García.
Sembrar afectos en silencio
Al llegar cada mes de agosto en el frigorífico de mi casa siempre había una fuente de higos ya pelados que iba menguando cada vez que cualquiera de nuestra familia pasaba por la cocina… No estaban preparados para el postre, ni mucho menos, porque su función era simple y llanamente esa, la de hacernos pasar de vez en cuando por allí, sonreír y comer uno (o dos) de aquellos manjares.
Era un verdadero deleite encontrarlos ya preparados, tan fresquitos, conformando una mágica pirámide de tonos pálidos y sonrosados, listos para ser comidos una y otra vez… porque, milagrosamente, aunque éramos muchos en nuestra familia, lo frecuente era que en aquella fuente siempre hubiera higos pelados.
Yo he heredado esa bella costumbre familiar y por eso cada verano disfruto yendo a cogerlos a la higuera para pelarlos a continuación, sin prisa, rememorando aquellos sabores y aquellas risas de mi juventud, y con ellas a mi madre, a través de esta mágica manera que ella se inventó ¿o heredó? de sembrar afecto en silencio.
Por eso, cuando ayer tarde me acerqué a la higuera por primera vez en este verano y posteriormente me senté a prepararlos, la evoqué y le sonreí con cada una de las peladuras que fui realizando, agradecido de sus enseñanzas, siempre llenas de afecto y de ternura.
¡Salud para todos, que el cuerpo y el buen ánimo la necesitan!
Empieza la semana más festiva de Granada y con ella una de las tradiciones de GR-arquitectos. Así pues, uno de estos días nos iremos todo el equipo a disfrutar de la montaña para luego almorzar juntos alguna exquisitez de la tierra.
Este año el lugar elegido serán las montañas del Parque Nacional de Sierra Nevada que coronan al municipio de Ferreira. Fijaos qué lugar tan maravilloso y singular será el elegido, ya que nos permitirá durante su trayecto disfrutar de múltiples atractivos llenos de singularidad: caminaremos por la divisoria de dos cuencas hidrográficas: la del Sur, que recoge las aguas de múltiples barrancos y valles que miran hacia el mar Mediterráneo; y la del Norte, cuyas aguas empezarán un viaje apasionante que irá ensortijando unos afluentes con otros hasta llegar al gran río de Andalucía, el Guadalquivir, y con él al océano Atlántico.
Al caminar por esas cumbres, de oeste a este, tendremos a nuestra derecha el sur y con él a Las Alpujarras, y a nuestra izquierda el norte que nos abrirá el panorama hacia el Marquesado del Zenete y la comarca de las “Tierras de Guadix”, recientemente galardonadas por la Unesco al quedar englobadas dentro del Geoparque del Norte de Granada. ¡Ahí es nada!
Será un recorrido que nos quitará el hipo al descubrir tanta vida en la primavera serrana, y con seguridad que tendremos la oportunidad de saludar en la lontananza a las cabras montesas que gustan de otear desde los roquedos en las cercanías del Chullo, la gran cumbre de la provincia de Almería desde la que podremos saludar también al gran Mulhacén.
Seguro que durante el descenso nos sentiremos especiales al disfrutar del paraje de Laguna Seca, al pie del Cerro del Almirez. O que, bajo la mirada atenta del águila real también nosotros podremos contemplar algunos de los espacios naturales de esta tierra: las sierras de Gádor, de los Filabres, de Baza, Mágina, Castril, Segura, Cazorla y las Villas, Huétor…
Será también una ocasión maravillosa para deleitarnos con las aguas puras de los manantiales de alta montaña, mientras imaginemos la vida recia que hasta no hace tanto tiempo tenían los lugareños, a través de los vestigios de aquellos modos de habitar: apriscos, corralizas, sembrados, algunos nogales, repoblaciones forestales… que nos irán acompañando por el camino de vuelta hacia el Puerto de la Ragua.
Finalmente, en Ferreira, el antiguo Molino de San Antonio nos hablará con elocuencia de arquitectura vernácula, de sencillez en las formas, de sobriedad y funcionalidad, de sabiduría del hombre popular, de huertos, acequias, de ingenios preindustriales, de castaños, nogales, parras y membrillos. De la piedra a cuerda seca, de la cal y de la launa.
También de los pimientos rojos secos y de aquellos otros asados sobre las ascuas de los ramajes de almendro. Del olor y del sabor que aporta la lumbre a los platos llenos de personalidad de estas tierras. Y entre ellos, el gusto inigualable del arroz de conejo con alcachofas… regado con un buen vino… ¡Que seguro que también lo habrá!
¡Salud para todos, que el cuerpo y el buen ánimo la necesitan!
Sobre los Molinos Harineros y otras historias mágicas
MIS VÍNCULOS MÁGICOS CON LA AUTORA: Sabía desde hace algo más de un año que tenía una joyita en mi ordenador, una publicación sobre los molinos harineros de Al-Ándalus, pero nunca hasta estos días había encontrado el suficiente sosiego para ahondarme en su lectura. Para disfrutarla mucho. Y no solo porque su temática me interesaba, no en vano poseo un antiguo (y bellísimo) molino harinero en un encantador paraje de las montañas de Andalucía, sino porque con su autora me unen desde hace una década unos vínculos especiales de amistad y de afecto.
Mi camino y el de Inmaculada se toparon cuando paseaba una tarde por las callejuelas de la ciudad vieja de Montevideo y gracias a los hilos mágicos del destino me adentré en una librería algo anodina y la persona que la regentaba, Gustavo Guarino, al adivinarme andaluz, tuvo la necesidad imperiosa de contarme una bella historia llena de generosidad y de bonhomía. La historia de un tal Jacobo Camarero, a la sazón el padre de Inmaculada… Y de esa manera sorprendente empezaron a tejerse nuestros vínculos de amistad. https://granadablogs.com/gr-arquitectos/2009/12/25/hoy-quiero-contaros-una-bonita-historia/
Desde entonces nos hemos cruzado varios correos y alguna llamada, aunque ha sido mi blog, este blog, el que nos ha servido de nexo virtual… pero aún quedaba pendiente entre nosotros conocernos personalmente, algo que antes o después iba a suceder. Y ese día fue precisamente hace algo más de un año cuando, viajando por mi tierra con su familia, Inmaculada me propuso una visita fugaz. Y nos encontramos precisamente en mi amado Molino de San Antonio (Ferreira, Andalucía. España)
Fue verdaderamente entrañable poder saludarnos personalmente, y para sorpresa de ambos supimos de nuestra pasión por los ingenios hidráulicos y por eso me habló, orgullosa, de su publicación Los Molinos Hidráulicos de Cereales en Al-Ándalus. Un nuevo requiebro de la vida… ¡Lo que son las cosas! Así que ahora entenderéis por qué me he demorado tantos meses en adentrarme en esta publicación, hasta encontrar un momento de paz verdaderamente propicio. Y así, al fin, en los primeros días de este nuevo 2021, al calor del hogar de mi molino, pude adentrarme y deleitarlo.
EL LIBRO “LOS MOLINOS HIDRÁULICOS DE CEREALES EN AL-ANDALUS”: Se trata, en efecto, de una bellísima publicación en la que, con un lenguaje cercano y envolvente, Inmaculada Camarero Castellano (Doctora en Filología Árabe) nos acerca al mundo de la molinería mediante la consideración de numerosas fuentes árabes (jurídicas, agrícolas, de buen gobierno, histórico-geográficas y técnicas), arrojando una luz esencial sobre los aspectos sociales, económicos y técnicos de los molinos andalusíes.
Dado que está publicado online y es descargable gratuitamente os facilito su enlace: https://issuu.com/juaneloturriano/docs/molinos_hidraulicos
Se trata de una edición de la prestigiosa Fundación Juanelo Turriano, empeñada en la promoción y difusión del estudio histórico de la Técnica y de la Ciencia en sus diversas vertientes, con especial énfasis en la Historia de la Ingeniería. Aprovecho para compartiros su enlace, y yo destacaría de ella, entre sus múltiples actividades, sus publicaciones digitales y los prestigiosos galardones que auspicia: el Premio Internacional García-Diego a la investigación (al que corresponde esta publicación) y el Turriano ICOHTEC Prize: https://www.juaneloturriano.com/
autor de la portada GERMÁN PELLECÍN
DIÁLOGANDO VIRTUALMENTE CON INMACULADA: Y para animaros, he pensado compartiros algunas de las muchas preguntas y respuestas que podréis descubrir al adentraros en su lectura:
- ¿CUAL ES EN REALIDAD EL ORIGEN DE LOS MOLINOS HIDRÁULICOS ANDALUSÍES? Para su estudio ha sido imprescindible remontarse al momento en el que estas máquinas aparecen por vez primera en la historia, para así comprender el motivo por el cual surgen en nuestra Península. Los ingenios molinares están presentes entre nosotros desde que los romanos conquistan Hispania. Tras el período visigodo, en el que la industria molinera cae en un período de letargo, los musulmanes recuperan esta actividad hasta convertirla en unos de los pilares fundamentales para la economía y la sociedad andalusíes.
Si bien tomaron como base los antiguos ingenios de rueda vertical que se encuentran en ríos y arroyos, con el fin de molturar los cereales y, a través de esa transformación, dar alimento a la multitud de población que se instala en lo que a partir de ahora será Al-Ándalus. Pero que convivió con clase de molino accionado por una rueda horizontal o rodezno (que aparentemente proviene del norte de Europa) que es el que mejor se adapta a los caudales andalusíes, no muy abundantes ni constantes.
- ¿Y CÓMO ERA EN REALIDAD LA VIDA EN UN MOLINO? La proliferación de los molinos hidráulicos en Al-Ándalus fue muy rápida y eficaz, como pone de manifiesto la existencia de toda una práctica reguladora en relación no sólo de los contratos establecidos para su explotación, sino de las reglas que incumben a la administración del agua, a la preferencia de su uso entre molineros y agricultores, a la localización de los molinos dentro del sistema hidráulico y a las relaciones conflictivas con los agricultores, madereros, vecinos colindantes y otros molineros con los que se comparten los mismos intereses.
Además, a través del estudio de los textos legales, se han podido conocer muchas de sus características como los tipos de molino, el modo de captación, conducción y apresamiento del agua, los materiales usados para su construcción, los utensilios necesarios para la molienda, los elementos que conforman la maquinaria, la vestimenta de los molineros, los espacios que rodean al edificio molinar y las otras dependencias que se construyen, como establos, corrales, almacenes, techados y zonas de carga y descarga… O incluso lo que cobraba el molinero, cuáles eran sus clientes, sus costumbres, sus responsabilidades y sus fraudes más comunes.
También, otras fuentes relacionadas con la agricultura andalusí (tratados, calendarios, u obras sobre la alimentación), informan sobre el tipo de granos que se molturaban en los molinos andalusíes.
Del mismo modo que las fuentes histórico-geográficas andalusíes han permitido conocer la expansión de los molinos por el territorio y su pervivencia, siendo la época nazarí, como explicó el gran Ibn al-jatib, la más destacable desde el punto de vista de la actividad molinera, ya que en Granada llegó a haber una cantidad de molinos considerable, que superaba “los ciento treinta, los cuales molían dentro y fuera de sus murallas”. Algunos de ellos eran anteriores a dicho período, pero otros fueron de nueva creación, ante la necesidad de alimentar los nuevos habitantes del reino, al congregarse en él la población andalusí de los territorios conquistados y esto se reflejará en la industria molinera, que irá en alza.
Como también para el conocimiento integral de la molinería en esa época han sido esenciales otras fuentes cristianas inmediatamente posteriores a la conquista (los libros de repartimiento, los apeos, los fueros y las ordenanzas). Y, cómo no, los numerosos estudios especializados realizados en época reciente por arqueólogos, historiadores, o etnólogos, permitiendo completar una visión que hasta ahora aparecía fragmentada u oscura… Es decir, completando una perspectiva pluridisciplinar.
- ¿NOS ACERCAS A LOS PRINCIPALES ELEMENTOS QUE CONFORMAN A LOS MOLINOS? En los molinos de rueda horizontal (Rodezno), los más numerosos, se pueden destacar los siguientes elementos:
- La acequia, construida con argamasa fuerte y mampostería, que ha pervivido hasta la actualidad. Esta conducción artificial será en la mayoría de las veces el único canal que lleva el agua hasta los molinos, al mismo tiempo que riega las huertas colindantes, siendo permanentemente citada por los juristas en relación a los conflictos generados por esta causa.
- La presa o azud, cuyo cometido es el de retener el agua para luego dejarla salir reconducida por medio de caces hasta donde está ubicada la rueda hidráulica. Es tan importante su función, que no se permite el arrendamiento de un molino de rodezno, si no va acompañado de este tipo de presa, que viene a ser como una especie de “seguro”.
- El cubo, cuyo uso es primordial en los molinos por el hecho de que acumula, da fuerza y dirige el agua hasta la rueda hidráulica. En la mayoría de los molinos andalusíes, al tener solo una muela, disponían igualmente de un único cubo ya que es el responsable del movimiento del rodezno que, a su vez, mueve la piedra molinera.
- El establo, se trata de una construcción exigida, con el fin de albergar a los animales de carga del molinero para hacer el servicio del acarreto del grano y la harina a sus clientes.
- Las muelas en tierras musulmanas son mucho más pequeñas que las utilizadas en los molinos cristianos, van a conservar su tamaño hasta el final, alcanzando únicamente el medio metro de diámetro, menos de la mitad de lo que alcanzaron aquéllas. Así pues, como la cantidad de cereal molturado está en relación con las dimensiones de la muela, en la época andalusí debía haber muchas industrias molinares instaladas en los cauces para contrarrestar la poca cantidad de harina resultante de estas muelas pequeñas.
- La zona reservada para la carga y descarga de las bestias, tratándose de un lugar techado o arbolado destinado únicamente a esta finalidad, donde los clientes ubican y atan al animal y pueden manipular los sacos con comodidad y seguridad. Podría tratarse de un lugar empedrado y cómodo alrededor del edificio molinar donde también podría estar destinado al atado de las bestias en un lado de la fachada.
- La vivienda del molinero, generalmente situada en el piso de arriba del edificio molinar.
- Las zonas cultivadas anexas al molino para el autoabastecimiento del molinero y su familia y otras arboladas anexas al sistema hidráulico. Ambas imprescindibles ya que, gracias a los cultivos, la familia se puede alimentar con sus propios recursos y, debido a su arbolado, la zona sombría y fresca que ofrecen resulta apropiada para el atado y estacionamiento de los animales de carga.
- Las zonas de pasto, como lugares de uso del molinero para sacar a pastar los animales, operación que, con toda probabilidad, haría su familia y no él, a no ser en momentos de parada de la actividad molinera.
- Y respecto de la ubicación de los edificios molinares, se constata que no hubo ningún impedimento legal para que los molinos andalusíes ocuparan un lugar determinado a lo largo del curso de agua, siempre y cuando tuvieran en cuenta el menor perjuicio posible a los otros usuarios del sistema, como eran los hortelanos, los vecinos colindantes y otros molineros.
autor de los croquis JUAN DE NASCIMENTO CAMARERO
¿Y QUÉ NOS DIRÍAS SOBRE EL PROCESO DE LA MOLIENDA Y SUS PROTAGONISTAS? En el proceso de molienda la limpieza del grano se hacía tanto en la era como en el molino en donde, en ocasiones, se contrataba a un asalariado sólo para este cometido. Además de este trabajador, estaban otros especialistas como el garbillador de adárgama y el acemitero, los cuales hacían harinas especiales, además del picador de muelas, quien era contratado cuando el molinero no podía o no tenía tiempo para hacerlo él mismo.El almotacén era el que tenía que vigilar que todo el molino funcionase dentro de la legalidad, siendo el encargado de inspeccionar los pesos y medidas, de que la maquinaria estuviera bien equilibrada, sin roturas ni ranuras por donde se perdiera el grano o la harina, de que la muela estuviera bien picada y no muy reducida por el uso, de que el grano no se molturara después de haberla picado ni que al echarlo en la tolva se mezclara con la de los otros clientes, ni tampoco de que fuera molido con sustancias de otra naturaleza o que estuviera mal cribado. O que se pesara el grano antes y después, una vez hecho harina, para que coincidieran los pesos y, si esto no ocurría, obligar al molinero a completar la medida con su propia harina. Sin embargo, estas normas eran infringidas continuamente, a tenor de los muchos y variados fraudes que se relatan en las obras de “buen gobierno”
Respecto de la clientela de los molinos, hay que resaltar que, frente a lo que sucedía en territorio cristiano, en el reino nazarí ninguna persona estuvo coaccionada para ir a un determinado molino, sino que, por el contrario, se disfrutó de libertad para elegir el más cercano a su hogar o a su tierra o el que más le conviniere por otra causa. Los clientes asiduos, según los tratados jurídicos, eran los particulares, los asalariados, los panaderos, los comerciales y los agricultores, quienes estaban obligados a molerle el trigo al dueño de la tierra para el cual trabajaban.
Y, cómo no citar a la cantidad de maquila, que en concepto de sueldo tenía que cobrar el molinero. La discusión de la época se centraba en admitir que el molinero no sólo tomara una parte del grano, que era lo habitual, sino que también pudiera cobrarse en harina o en dinero.
En esa época hubo tal perfeccionamiento en los procesos de arrendamiento de molinos que contribuyeron al desarrollo económico de al-Ándalus y al bienestar y progreso de la sociedad andalusí. Los contratos de arrendamiento de molinos solían comenzar especificando el tipo de molino que se trata, o sea, si es vertical u horizontal, así como su ubicación, es decir, si está en la ciudad o en una zona rural y sus límites. tras esos detalles, se citan las dependencias de que dispone y así como los elementos necesarios para el buen funcionamiento, a saber, el azud, la acequia, los canales, la sala del molino, el alfarje, las piedras, los almacenes....
Y, PARA FINALIZAR ¿NOS CUENTAS ALGO SOBRE LA MALA FAMA DE LOS MOLINEROS? En cuanto a los fraudes que con asiduidad y normalidad realizaban los molineros a sus clientes, la documentación analizada constata que las irregularidades más comunes eran las de mezclar o sustituir el trigo de calidad superior por uno inferior; sustituir con agua parte del grano y, con ello, dar menos cantidad de harina; mezclar el grano con todo tipo de sustancias que, entre las citadas se encuentran huesos de sepia, algas y tierra e, incluso, huesos humanos y, por último, moler el grano después de haber sido picada la muela, con lo que, al mezclarse con la arenisca que había salido de ella, se conseguía un mayor peso. también, como se decía anteriormente, se robaba un poco de la mercancía de todas las maneras posibles. en casi todas las anécdotas recogidas, la constante es la de no pesar el grano al entrar al molino, con lo que el molinero se aprovecha para hacer todo tipo de artimañas y entregar menos cantidad de harina. Al no concretar el peso, el cliente no puede reclamar, aunque sepa a ciencia cierta que le han estafado. Sin embargo, a pesar de esta vigilancia, los abusos formaban parte de la actividad diaria del molinero y ninguna autoridad impidió de forma tajante la pequeña sisa, el agua añadida, la mezcla con impurezas ni la falta del pesado.
En fin… Espero que este texto os haya abierto la curiosidad por adentraros en el mundo de los molinos hidráulicos harineros, y os deseo una feliz lectura de esta publicación. Y a Inmaculada le mando un cálido abrazo y media docena de besicos. ¡Hasta pronto!
Historias de la España vacia (7): El caso de ALQUIFE (Granada)
A puntito de cumplir las dos primeras semanas del encierro casero del coronavirus, y sin visos de que esto vaya a terminar pronto… el caso es que llevo varios días pensando en otro encierro que ya va durando casi 25 años: el que sufren Alquife (Andalucía, España) y de sus gentes… Porque ellos sí que están enclaustrados en la burbuja del tiempo desde que en 1996 Las Minas del Marquesado (o “de Alquife”) cerraron su actividad.
Así que no solo este pueblo, sino todos los de alrededor (Lanteira, La Calahorra, Aldeire, Ferreira, Jeres del Marquesado, Charches o Albuñan) perdieron con el cierre de las minas la fuente principal de ingresos que desde hacía más de un siglo les había dado sustento, sufriendo desde entonces una larga agonía, que los va desangrando de gente y sobre todo de jóvenes…
Mi vinculación con Alquife tiene múltiples flecos: profesionales, afectivos o personales. Así, cómo olvidar que el primer plan urbanístico que dirigí fue en este municipio y recuerdo con muchísimo afecto al secretario del ayuntamiento (José Luis Larrea) de quien tanto aprendí y al que fue su alcalde, mi amigo Jesús Valenzuela, tan querido por todos.
Debéis saber que la vocación minera de Alquife y sus alrededores se remonta a los poblados íberos (y posteriormente romanos) que explotaron algunos de los afloramientos de hierro, tan frecuentes por estos lares (uno de cuyos ejemplos lo tenemos junto a Ferreira, en el Cerro del Cardal). Una actividad que de una u otra manera ha tenido continuidad de manera artesanal hasta finales del siglo XIX, cuando ya resurge con fuerza de la mano de la minería moderna (con las técnicas y maquinarias precisas) y con el apoyo del capital extranjero, lo que le supuso todo un siglo dorado de actividad, que repercutió decisivamente en el desarrollo socioeconómico de los pueblos del Marquesado del Zenete y de Guadix.
Como vestigios de esta actividad frenética durante el pasado siglo nos quedaron la gran corta a cielo abierto que hoy caracteriza al paisaje de la llanura del Zenete, y el recuerdo de un urbanismo minero (el poblado) al que le acompañan numerosas edificaciones e instalaciones industriales de gran singularidad. Además, claro está, del ferrocarril minero hasta el puerto de Almería y su característico y espectacular “Cargadero de Mineral”, uno de los símbolos de esa ciudad.
Sin embargo, a partir de 1970 la minería en Alquife empieza a experimentar una gran crisis por el aumento de los costes de explotación (con el mineral cada vez más profundo) y por la coyuntura internacional (competencia con otras minas, limitaciones europeas a la siderurgia nacional, o tipos de cambio desfavorables entre la peseta y el dólar) a la que ni siquiera el proteccionismo estatal hacia el sector pudo garantizarle su viabilidad, por lo que las minas acabaron cerrando en 1997, quedando sumidas desde entonces en un profundo estado de abandono. Y en ese contexto, es en el que la Junta de Andalucía decidió en 2010 su declaración como BIC (Bien de Interés Cultural) en la categoría de Lugar de Interés Industrial (Decreto 333/2010).
Esta declaración viene a suponer “el reconocimiento patrimonial de este conjunto minero que supone la puesta en valor de una parte fundamental de la historia y del legado minero-industrial andaluz desde su origen hasta nuestros días” incluyendo un variado patrimonio inmueble y mueble del siglo XX, así como otros elementos asociados como las centrales hidroeléctricas de Jerez del Marquesado. Pero también el reconocimiento de que la minería en esta tierra, junto con la agricultura de regadío, han ayudado a configurar las relaciones del hombre con su medio hasta generar la identidad territorial de este espacio.
Y mientras que os escribo se me agolpan los recuerdos y las vivencias de tantas y tantas personas que allí vivieron con quienes la vida me ha ido entrelazando… Cómo olvidar, por ejemo, a mi buen amigo Natalio, que fue mecánico en las minas, y los chascarrillos que me contaba de cuando cada mañana iba desde Aldeire a trabajar. Y la gran amistad que tenía con el que fue párroco por los años sesenta en aquellos pueblos, José Luis de los Reyes (mi querido tío Pepeluís) y las anécdotas que recogió en su libro “Andanzas de un cura rural” -aprovecho para mandar un sentido abrazo a mi tá Encarnita-. O todo lo que oí narrar sobre el Tío Solano (Antonio) que regentaba un estanco y una taberna junto a las minas, en El Ventorro, donde paraba La Autedia. Se llevaba bien con todos los trabajadores de la mina y con sus jefes, especialmente con D. Eloy -aprovecho para mandar un abrazo a María, su mujer, y a su sobrina Elena-.
Pero de aquel Alquife de 2600 habitantes hoy a duras penas quedan 600, y mira que lucha el valiente y voluntarioso Benito, su alcalde. Empecinado en favorecer la reapertura de las minas.
Por eso fue un alivio que en la propia declaración del BIC se reconociese que si en el futuro la explotación minera fuera contradictoria con la protección patrimonial, prevalecería la actividad minera, algo excepcional en un BIC:
“… A efectos de mantener viva la actividad extractivo-mineral del conjunto minero, dicha actividad minera será prioritaria respecto de la modificación o desaparición de los bienes inscritos en el presente Decreto, así como sobre los nuevos o diferentes productos patrimoniales que pueden ser incorporados al legado histórico…”
Muchos años después he vuelto a tener el honor de dirigir un nuevo PGOU para el ayuntamiento de Alquife, uno de cuyos cometidos está siendo ayudar a la viabilidad de la reapertura de las minas, gracias al impulso de la compañía propietaria (“Minas de Alquife, S.L.U.”), y al respecto se están dando pasos muy importantes:
- Con la conclusión de un Plan Especial que engloba a todos los municipios afectados, para regular y ordenar las actuaciones necesarias para volver a poner en funcionamiento la explotación minera, coordinando los aspectos urbanísticos, ambientales, culturales, de infraestructuras o logísticas.
- El “Proyecto de desmantelamiento de instalaciones mineras obsoletas en las Minas de Alquife (Granada)” ya autorizado por la JA para la demolición de aquellas instalaciones que se ha considerado incompatibles con la explotación minera.
- A través del PGOU, la regulación urbanística exhaustiva de todo el municipio y específicamente del ámbito territorial incluido en el BIC.
- Y con la Catalogación individualizada y detallada de todos los bienes culturales que no han sido desmantelados y que por tanto deben ser preservados y rehabilitados.
Así que, aunque pareciera que el camino no tiene fin… Alquife y sus gentes llevan años soñando un nuevo futuro cada vez más cercano. Por eso quiero imaginarme la alegría de los alquifeños cuando llegue ese día y en las fiestas de San Hermenegildo, su patrón, le den fuego al Palo, henchido de pólvora, para que reviente el pueblo de alegría…
¡Ojalá sea prontito!
HISTORIAS DE LA ESPAÑA VACIA (1): El caso de FERREIRA (Granada)
Recuerdo que fue mi querido amigo Pepe Expósito quien me regaló ese libro, La España Vacía, en el que su autor (Sergio del Molino, 2016) propuso ese nombre para explicar la sangría de población que vive el mundo rural, en una especie de éxodo de terribles consecuencias humanas, culturales, ambientales... o de calidad de vida, en definitiva. Porque ni los poderes públicos ni la sociedad se han tomado en serio todo lo que de pernicioso tiene esa casi exclusiva concentración de servicios y de oportunidades en las grandes ciudades y su consiguiente efecto de vaciamiento de población en las comarcas rurales. Una segunda oleada de despoblación que afecta a ciudades medianas y capitales comarcales:
“Lo vemos desde hace 18 años. Vacíos los pueblos más pequeños, se vacían los grandes"
Y aunque el problema viene de largo ha sido ahora cuando el mundo rural ha explotado:
“La España vaciada llena Madrid para exigir soluciones al mundo rural”
Porque los datos son más que preocupantes:
- Hay 78.000 localidades por debajo de los 100 habitantes, 23.000 más que en 1998.
- El 30% del territorio español concentra el 90% de la población
- “Según Eurostat, España cuenta con 19 provincias entre las menos densamente pobladas de todo el continente.”
- La despoblación del medio rural y su completo abandono se ha acelerado en los últimos años y muchos municipios sufren un envejecimiento de su población que los condena al completo abandono si no se toman medidas para revitalizar el medio rural.”
Alguna vez os lo he contado, que han sido precisamente los trabajos que he realizado en el mundo rural los que mayores y más sentidas satisfacciones me dieron… Y por eso no se me ha ocurrido nada mejor que ir mostrándoos periódicamente todo el esfuerzo que desde los pequeños y medianos municipios están haciendo para mejorar la calidad de vida de sus vecinos, y también para perpetuar sus maravillosos valores, llenos de autenticidad y de sutilezas…
Y, cómo no, empezaré por Ferreira (Granada), un minúsculo pueblo entre montañas en el que tuve la fortuna inmensa de recalar hace ahora algo más de veinte años… y allí encontré además de grandes amigos, mi Edén.
Con apenas 300 habitantes, son grandes amantes de sus tradiciones y festividades (Romería de la Virgen de la Cabeza), acogedores con aquellos que tuvieron que partir pero que nunca olvidan sus raíces (La Fiesta del Emigrante), orgullosos de su legado ambiental y paisajístico (Castañar de Ferreira y el valle de Río Hondo), son gente de paz y conciliadora, y muy sencillos… y saben, como nadie, de las dificultades de la vida y, quizás precisamente por eso, son prácticos, funcionales y sobre todo muy, pero que muy sabios…
Yo siempre digo que el hombre más sabio que nunca conocí ha sido mi querido vecino “Forín”, a quien recuerdo cada día, y de quien tanto he aprendido… como también sigo admirando la fortaleza y la inteligencia para saber afrontar cada cosa de mi amigo Antonio “el de chiquita”… O la templanza, llena también de autoridad, de Antonio, su sempiterno alcalde, a quien tanto deben los ferreireños…
En fin… ¿Qué queréis que os diga?
https://www.eldiario.es/sociedad/Radiografia-Espana-vacia_0_882612698.html
https://cadenaser.com/programa/2019/03/28/hoy_por_hoy/1553764137_468157.html
15 + 1 YACIMIENTOS PARA ENAMORARSE DE LA ARQUEOLOGÍA
Ya sabréis los lectores más asiduos de La Ciudad Comprometida que las cuestiones arqueológicas constituyen una temática recurrente en este blog. Y valgan como ejemplos de ello los siguientes enlaces (de la treintena de los publicados en el blog):
https://granadablogs.com/gr-arquitectos/2016/10/13/hablando-de-la-arqueologia-desde-otra-mirada/
https://granadablogs.com/gr-arquitectos/2013/03/13/arquitectura-y-arqueologia-ni-contigo-ni-sin-ti/
Y hoy vuelvo a este tema porque me ha encantado leer en la prensa un artículo evocador en el que su autor (J.M. BARBOT) propone hacer una serie de “escapadas” para conocer “15 yacimientos españoles para enamorarse de la arqueología”:
“… enclaves en los que se percibe no solo la presencia de los hombres y mujeres que los habitaron, sino aquello que pudieron sentir; lugares con una magia especial en los que el viento guarda en sus dobleces el llanto de los niños y el bramido de la muerte, pero también el runrún de tantas cotidianidades y horas baldías…”
Pero lo realmente importante no es la selección en sí sino el reconocer que el patrimonio arqueológico no solo nos permite enlazarnos espiritualmente con nuestros vecinos de hace centenares o incluso miles de años, sino que constituye un recurso patrimonial de primer orden, cuya conservación generalmente es inseparable de la propia protección de los valores ambientales y paisajísticos de un lugar.
Por eso considero, aunque pueda sonar paradójico, que lo más progresista y lo más moderno que puede hacer una sociedad tiene que ver con el respeto y la consideración de las cuestiones ambientales y patrimoniales en sus políticas de desarrollo. Y es que resulta que cada lugar, si sabemos mirar y escuchar, seguro que nos susurra cosas de su pasado y de cómo el hombre vivía, se relacionaba con la tierra, sobrevivía o soñaba. Y el hombre actual debería saber percibir esos ecos para así poderlos también trasladar, mimados, al hombre futuro…
Así que mucho más allá de esos quince yacimientos arqueológicos de primera magnitud que se nos recomienda visitar, desde La Ciudad Comprometida quiero romper una lanza a favor de todas aquellas iniciativas que buscan preparar el futuro precisamente a través del respeto y el conocimiento de nuestro pasado.
Y nada mejor para ello que contaros el último proyecto en el que hemos realizado hace apenas unas semanas. Resulta que un humildísimo municipio andaluz, de apenas 300 habitantes, por propia iniciativa (aunque eso sí, esperando el apoyo necesario de las instituciones) ha impulsado un proyecto que permita garantizar la conservación y la puesta en valor de su rico patrimonio arqueológico y paisajístico. Porque como podéis comprobar la sensatez y la grandeza no tiene nada que ver con el tamaño de los municipios…
Me estoy refiriendo a FERREIRA (Granada, España) y a su iniciativa para la recuperación de la Fortaleza Iberorromana de “El Cardal”, un paso más de cara a potenciar el turismo cultural, ambiental y paisajístico de la comarca, explotando las cualidades del lugar desde el respeto a sus características rurales, paisajísticas, naturales y patrimoniales:
“El proyecto tiene la finalidad de poner en valor uno de los yacimientos más significativos de la comarca del Marquesado, que data del siglo III a.C. Se trata de un recinto amurallado de unos 2.800 m2 y cuya actividad principal según los diferentes estudios realizados fue la minería.
Las actuaciones a llevar a cabo por la actuación y previstas en este Proyecto incluyen:
- La creación de una ruta para la visita, con el acondicionamiento de los caminos y señalización de los mismos.
- La creación de zonas para contemplación paisajística que incluye una pequeña zona de información donde se facilitará al visitante una primera explicación general.
- Señalización de todo el recorrido así como la instalación de paneles informativos en cada parada y en la propia Fortaleza
- Recuperación del paisaje arqueológico con la consolidación, limpieza y protección
volumétrica de los restos del yacimiento.”
Asi que es de justicia felicitar al ayuntamiento con su alcalde, Antonio Fornieles, a la cabeza... ¡Felicidades Ferreira!
Vistas hacia el Norte desde la Fortaleza con Ferreira y Sierra Nevada al fondo
Vista del alzado de la Torre Maciza
BUENAS PRÁCTICAS PAISAJÍSTICAS PARA EL CASTAÑAR DE FERREIRA Y RÍO HONDO
El Valle de Ferreira (Andalucía, España) posee unos indudables valores ecológicos, ambientales y naturales (ya que gran parte de su territorio está incluido en el Espacio Natural Protegido de Sierra Nevada) y patrimoniales como consecuencia de los importantes vestigios arqueológicos existentes, y por constituir un maravilloso paisaje cultural que nos habla con elocuencia de cómo sus gentes siempre han sabido convivir con la naturaleza de una manera sabia, delicada y sostenible.
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Por eso, cuando contemplamos el valle de Ferreira, podríamos decir que toda su riqueza natural, ambiental y cultural queda plasmada en su paisaje, que cuenta con una indudable armonía y belleza, y que posee un alto valor desde el punto de vista territorial, por constituir uno de los ejemplos mejor conservados de los valles de montaña del sur de la península. Y a ello habría que unir el que tiene una alta significación como seña de identidad local, por lo que cuenta con una alta valoración por los ferreireños y los visitantes que llegan al lugar.
Por eso en este valle, más conocido por “El Castañar de Ferreira” o por “Río Hondo”, sientes cómo su paisaje te va susurrando las tradiciones.
Sin embargo, en Ferreira, al igual que ocurre en otros territorios similares, su economía agraria tradicional está en crisis lo que explica en parte la pérdida de población y el abandono consiguiente de muchas de las explotaciones.
Y esa pérdida de la labor agropecuaria se va vislumbrando en el consiguiente arruinamiento de la arquitectura del paisaje rural del valle, de modo que son frecuentes los balates de mampostería caídos y no repuestos, los muros de piedra que cercaban a las fincas parcialmente derruidos, las construcciones agroindustriales (como los molinos) sin uso o en un estado arruinado, albercas anegadas y nacimientos que perdieron su funcionalidad, acequias en desuso y mal cuidadas, o cortijos, ventas y apriscos abandonados a su suerte…
Y de la misma manera, con el esfuerzo abnegado de los lugareños por devolver la vitalidad a estas tierras de labor, también se va produciendo una paulatina transformación en el paisaje local que llega de la mano de nuevas construcciones en las fincas, con fines muchas veces más lúdicos que agrarios, por la renovación de los cercados con criterios más prácticos que estéticos, por nuevos movimientos de tierras y roturaciones propiciados por las nuevas tecnologías y maquinarias, o por la irrupción de otros elementos novedosos…
Este valle tiene la particularidad de contar con muchos puntos óptimos de observación (miradores excepcionales) y con diversos recorridos paisajísticos que permiten observarlo en toda su dimensión y por toda su longitud. Lo cual constituye una cualidad, pero también al ser todo tan visible se traduce en una gran fragilidad y vulnerabilidad paisajística, lo que justifica aún más si cabe la urgencia por establecer unos criterios que, a modo de “buenas prácticas paisajísticas”, regulen todas aquellas actividades que puedan tener algún tipo de incidencia paisajística por afectar a la fisonomía del lugar, a su color o a su textura, por incorporar nuevas construcciones o instalaciones, o por afectar al carácter del paisaje del Valle de Ferreira, a sus singularidades paisajísticas o a alguno de sus elementos de interés más relevantes.
La finalidad de estas buenas prácticas será poder orientar tanto a los vecinos como al propio ayuntamiento para para garantizar que todas las actividades y específicamente las edificaciones agropecuarias se realicen en plena consonancia con la tradición. Y es por ello que el nuevo Plan General de Ordenación Urbanística de Ferreira ha regulado todos estos aspectos dentro de su normativa.
De la misma manera, también se propone que el ayuntamiento y las administraciones públicas realicen actuaciones en positivo para el tratamiento de zonas y sendas de interés paisajístico, con la posible incorporación de elementos informativos que ayuden a interpretar y a valorar el paisaje local.